La compasión es un concepto común a la verdadera religión. Es decir, a lo verdadero de la religión, independientemente de su nombre o pertenencia. Por esto me ha interpelado en su exactitud y sencillez este artículo de un misionero católico en Africa, poco antes de su muerte, asesinado por el fanatismo que se autodenomina religioso.
Lo transcribo tal cual, en el francés original. Y lo traduzco a continuación:
La Compassion,
premier mot d’un langage islamo-chrétien pour un temps de crise
par Christian Chessel, missionnaire d’Afrique
(Le P.Christian Chessel a été assassiné le 27 décembre 1994, avec ses trois confrères Pères Blancs, victimes de la violence armée. Nous citons un long passage du texte qu’il avait écrit peu avant sa mort.)
«Si la compassion peut faire partie d’un vocabulaire commun aux chrétiens et aux musulmans, c’est avant tout parce que dans la Bible, aussi bien que dans le Coran, Dieu est un Dieu compatissant (…) C’est pourquoi la compassion divine invite l’homme à se montrer compatissant à son tour envers son prochain. (…) Par le rapport qu’elle entretient avec la souffrance d’autrui, la compassion est d’abord l’expérience réussie d’altérité : en me laissant toucher, altérer par l’autre (compassion passive), je deviens capable de le rejoindre dans sa souffrance et de m’engager pour lui (compassion active) : la souffrance compatie devient le lieu d’une relation et non plus d’un isolement. L’autre souffrant ne m’apparaît donc pas comme une menace, mais éveille en moi une intelligence du cœur en me décentrant de mon ‘moi’, parce que je peux facilement me ‘mettre à la place de l’autre’ dans son expérience de souffrance. La compassion devient ainsi le premier mot - souvent muet – qui puisse être dit devant l’homme souffrante et en son nom. Par là, ‘compassion’ peut être aussi l’un des premiers mots d’un langage islamo - chrétien, car elle se révèle comme l’expression d’une expérience commune de Dieu et de l’homme qui est au-delà de mots et des schémas de pensée. Elle est donc fondamentalement une expérience de grâce, le fruit d’un travail de l’Esprit -Saint à l’œuvre dans le cœur de tout homme et donc de l’homme croyant. Elle seule peut ramener à leur lieu véritable, le cœur, nos schémas et jugements trop rationnels sur Dieu et l’autre d’une part, nos sentiments trop passionnels sur Dieu et l’autre d’autre part : entre réactions cérébrales et réactions viscérales, la compassion permet de découvrir ce que peuvent être des relations cordiales entre créatures de Dieu. Ainsi que le rappelle la tradition musulmane : « Quiconque compatit à la souffrance d’autrui mérite d’être appelé ‘rahim’ ». C’est d’abord par la compassion que chrétiens et musulmans se découvrent de véritables croyants lorsqu’ils se trouvent affrontés à la violence. Mais c’est peut-être justement l’expérience d’une souffrance commune et d’une compassion partagée qui nous permettra de découvrir un peu mieux ‘le Dieu plus grand’ et de mieux comprendre la vision théologique de l’autre. (…) Premier et peut-être aussi dernier mot de la rencontre islamo -chrétienne pour un temps de crise, la compassion tourne nos regards vers ce que l’on peut considérer comme les premiers et les plus beaux noms de Dieu : celui de Clément pour les musulmans, celui de Père pour les chrétiens. (…) » (Ribât-es-Salâm, 41, janvier 2005)
primera palabra de un lenguaje islamo-cristiano para un tiempo de crisis
por Christian Chessel, misionero de Afrique
(El P. Christian Chessel fue asesinado el 27 de Diciembre de 1994 con tres de sus hermanos de comunidad, padrs Blancos, víctimas de la violencia. Citamos aquí un texto escrito poco antes de su muerte)
«Si la compasión puede hacer parte de un vocabulario común a cristianos y musulmanes, se debe a que tanto en la Biblia como en el Corán, Dios es presentado como Dios compasivo (...) Por esto Dios nos invita a la compasión hacia nuestro prójimo (....)
Por la relación que tiene con el sufrimiento del otro, la compasión es primeramente una experiencia positiva de la alteridad: dejándome tocar, alterar por el otro (compasión pasiva), me vuelvo capaz de unirme a él en su sufrimiento y de comprometerme con él (compasión activa). El sufrimiento compartido se convierte en el lugar de una relación y yano de un aislamiento.
El otro que sufre ya no se me presenta como una amenaza, sino que despierta en mi la inteligencia del corazón, descentrándome de mi "yo", debido a que me permite "ponerme en el lugar del otro" en su experiencia del sufrimiento. la compasión se convierte así en la primera palabra -frecuentemente muda- qwue podemos decir ante un hombre que sufre, dicha asimismo en su nombre.
Por esto mismo, la compasión puede llegar a ser así, una de las primeras palabras para un lenguaje islamo-cristiano, porque ella se revela como la expresión de una experiencia común de Dios y del hombre que está más allá de las palabras y de los esquemas de pensamiento.
Por esto mismo, la compasión es fundamentalmente una experiencia de gracia, el fruto de una acción del Espíritu Santo el el corazón de todo hombre y, por eso mismo, de todo hombre creyente. Solo la compasión puede llevar a su verdadero lugar, al corazón, nuestros esquemas y juicios excesivamente racionales sobre Dios a una y también nuestros sentimientos excesivamente apasionados sobre Dios y sobre el otro. Entre reacciones racionales y reacciones viscerales, la compasión nos permite descubrir lo que deben ser las relaciones cordiales (de corazón) entre las criaturas y Dios.
Así lo recuerda la tradición musulmana: "Todo aquél que comparte el sufrimiento de otro merece ser llamado "rahim". Esencialmeente es por la compasión que cristianos y musulmanes se descubrent como verdaderos creyentes cuando ellos se encuentras enfrontados a la violencia. Mas quizás sea justamente la experiencia común de un mismo sufrimiento y de una compasdión compartida la que lnos permita descubrir un poco mejor al "Dios más grande" y comprender mejor la visión teológica del otro (....)
Quizás sea la compasión la primera y también la última palabra para el encuentro islamo-cristiano para un tiempo de crisis. La compasión gira nuestras miradas hacia lo que se puede considerar los primeros y más hermosos nombres de Dios: el de Clemente para los musulmanes y Padre para los cristianos (....)
(Ribât-es-Salâm, 41, janvier 2005) »
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Precioso el artículo, Maricruz.
Precisamente una de las cosas positivas que tiene el sufrimiento, es que a través e él aprendemos a ponernos en el lugar de los que sufren. Aquel que no ha sufrido, difícilmente puede saber por lo que están pasando otros, y difícilmente puede compadecerse, es decir, padecer-con...
Un abrazo.
"El Señor ha estado grande con nosotros".
Hola: Hermoso articulo Maricruz, es así, Allah, es el Dios clemente y compasivo, porque no hay otro, es el único Dios, ese Dios del que nosotros sabemos que es además Amor, en si mismo, pues conocemos su Trinidad, algo que nuestros queridos hermanos de la santa religión del Islam no conocen
El Coran, el Sagrado Coran, llama a Dios, “El muy clemente”, por eso, cuanto daño hacen los que manipulados, o, movidos por el odio, cometen la horrible blasfemia de matar en nombre de Dios, si, hay alguna guerra santa, esta, sólo puede ser contra uno mismo, esa lucha por cumplir la voluntad de Dios del Dios de Abraham, al que nosotros llamamos, Padre
Hay sin embargo, una pequeña o gran diferencia en este punto de la compasión divina que nos une a islámicos y cristianos, unos y otros creemos en un Dios compasivo, que cuida de todos, unos y otros por Él, tenemos que practicar la compasión con todos los hombres, y aquí viene la diferencia, algo que es inaudito en el Islam, y es que nosotros practicamos la compasión con el mismo Dios, pues Jesús de quien nosotros sabemos que es Hombre y Dios, dijo, “ lo que hagáis a mis hermanos me lo haceis a mí” y , esto nuestros hermanos musulmanes no lo saben,
Pero si conocen que Dios los ama, y, que ellos deben para agradar a Dios ser compasivos
Sería bueno, que en vez de tirarnos trastos a la cabeza, unos y otros colaborásemos, en hacer un mundo más justo, donde el débil no séa pisoteado por el fuerte, y no estoy pensando en obreros y patrones, porque hoy día, a veces son más debiles los patrones que los obreros, si no, en ancianos, en mujeres maltratadas, en inmigrantes que caen en redes de trata de blancas, en niños de la calle, en jóvenes que caen en redes de violencia, en embriones y fetos humanos en riesgo de ser asesinados antes de nacer.
Y, seguro que así, nos encontraremos un día todos en el Cielo
Un abrazo
Maite
Maite:
El Coran, el Sagrado Coran, llama a Dios, “El muy clemente”, por eso, cuanto daño hacen los que manipulados, o movidos por el odio, cometen la horrible blasfemia de matar en nombre de Dios. Si hay alguna guerra santa, ésta, sólo puede ser contra uno mismo, esa lucha por cumplir la voluntad de Dios del Dios de Abraham, al que nosotros llamamos, Padre
Sí Maite, la única guerra es la que "aliados a Cristo Jesús" hacemos contra nuestras malas pasiones, pues ellas no nos permiten vivir la filiación auténtica con Dios como Padre. Si no dominamos las malas pasiones una y otra vez, igual que limpiamos el polvo de casa una y otra vez, sentiríamos lejano al Padre, aunque lo llamáramos así. Te confieso que siento simpatía por el "buen" Islam, como también siento simpatía, por la fe buena del pueblo judio. Y por eso mismo me duelen doblemente las incomprensiones y oposiciones que se han creado y que son mantenidas no por los de la fe buena, sino por los violentos, los que odian y no saben confiar a Dios su "venganza". Porque Dios juzga al hombre por medio del Cordero que quita el pecado del mundo, el único que puede convertir las espadas en arados y hacer desaparecer el mal con su bien. Estoy segura que muchos musulmanes sencillos sienten así de Dios, aunque no puedan decirle Padre.
No obstante Al Hallaj lo hizo, llamaba a Dios (Alá) su Padre. No se escondía diciendo su amor y predilección por Jesús. y no se mordía la lengua cuando decía a los que le escuchaban que ellos eran "tan blasfemos como los cristianos. ya que ellos confiesan la Trinidad pero viven la cuaternidad, y vosotros confesáis la unicidad de Alá y vivís en la dualidad". Aunque el significado me parece obvio, bueno es decir que mucho más de lo que podriamos esperar, confesamos con los labios una doctrina correcta, pero no la vivimos. Ante la Trinidad divina, nos ponemos a nosotros como cuarta persona, quizás la primera, porque escogemos muchas más veces nuestra preeminencia que la preeminencia de Dios. Y esto es lo que quería decir Al Hallaj, que nos ponemos en la práctica en un nivel de importancia mayor que el que concedemos a Dios, olvidando olímpicamente el primero y más importante mandamiento. Y los musulmanes que tienen una fe formulista, hacen lo mismo.
¡Es tan difícil reconocerse verdaderamente pecador y empequeñecerse ante Dios....!
...y aquí viene la diferencia, algo que es inaudito en el Islam, y es que nosotros practicamos la compasión con el mismo Dios, pues Jesús de quien nosotros sabemos que es Hombre y Dios, dijo, “ lo que hagáis a mis hermanos me lo haceis a mí” y , esto nuestros hermanos musulmanes no lo saben,
Creo que has sabido leer muy bien el sentido profundo y la llamada que suponen las palabras de ese artículo del P. Christian Chessel . Me pregunto si realmente la doctrina islámica supone un freno insuperable para llegar al conocimiento de Dios. En toda religión la doctrina es para marcar el "camino" hacia el conocimiento de Dios (conocimiento que es Amor e intimidad con Él).
Sin embargo, en cada religión, entre las luces recibidas de Dios y las sombras del propio desconocimiento, puede suceder que se den excepciones que sobrepasen la insuficiencia de sus doctrinas, y que por la fidelidad del corazón totalmente entregado a Dios, pueden ser conducidos hacia un profundo conocimiento enseñados y guiados por la gracia. Así podemos explicarnos la vivida consciencia de filiación que tuvo, por ejemplo un sabio, o santo, no cristiano como creo que lo fue Al Hallaj.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Me pregunto si realmente la doctrina islámica supone un freno insuperable para llegar al conocimiento de Dios.
Maricruz ¿los islámicos se consideran a sí mismos pecadores, necesitados? Es que sé poco de la práctica. En cuaquier supuesto el desconocimiento de sí mismo impide el conocimiento de Dios.
No entro en el resto del hilo porque desconozco muchas cosas. Maite y tú domináis más este tema.
Creo que la conciencia de ser seres limitados y pecadores está presente en todas las religiones de la humanidad, de una u otra manera. Para responder documentadamente, habría de realizar un trabajo que sobrepasa el objetivo de un foro.
Por ejemplo, el Islam admite un infierno para los malos. Si hay malos, es que saben que hay pecado.
En el Hinduismo y en el Budismo, hay la idea del karma que dicho con el mayor simplismo es el fruto de los propios actos; si los actos son buenos, los frutos lo serán; si son malos (pecado) también lo serán los frutos. Además hay el concepto de demonios y de infierno. De otras religiones más limitadas no conozco tanto...
Visto esto, parece que hay unas "constantes" sobre el pecado, la culpa y el castigo consiguiente, que se repiten de una u otra manera en el acervo religioso de la humanidad.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna