Se puede uno llamar, considerar, católico si se rechaza algun dogma? sea el que sea?.. Hablo primordialmente de los dogmas marianos, por ejemplo, la concepción virginal, o la asuncion...?
Y otra pregunta aparte, las apariciones Marianas forman parte de algun tipo de dogma?
¿Si se rechaza así, formalmente y de plano un dogma, el que sea? pues no... pero: es difícil rechazar realmente un dogma, uno tiene que saber lo que está diciendo, y luego rechazarlo.
Y además, requisito fundamental, lo rechazado tiene que ser realmente un dogma (que son pocos), no lo que uno puede creer que es un dogma y a lo mejor es una piadosa creencia, o peor aun, un mero prejuicio religioso.
En cuanto a las apariciones marianas, (y las apariciones en general) no son parte de ningún dogma, puedes ser tan católico como el que más sin creer en ninguna de ellas, eso queda en ti y tu comprensión de las cosas.
Hay gente, por ejemplo (me refiero a católicos de a pie, no a gente con formación teológica académica) que se consideran católicos pero dicen no creer en la resurrección de la carne, incluso en al de Jesús. Pero hay que tener presente que se ha enseñado todo eso de manera muy groseramente materialista, y posiblemente esa gente si supiera realmente lo que quieren decir al "creer en al resurrección", quizás no dirían que no creen.
Si alguien me dijera que la inspiración de la Biblia es el dictado de Dios a la mente del escritor, y luego viene y me dice que es un dogma la inspiración de la Biblia... lo mando a freir chuirros a él y a su creencia. Yo creo en la inspiración de la Biblia, pero no en el dictado de Dios a la mente del escritor. No se puede culpar a a la gente de no creer cosas que se les enseña repetidamente mal so pretexto de que explicar bien las cosas es para unos privilegiados, y a que a la gente hay que hablarle en sencillo.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
Entiendo... ahora bien, todos los dogmas tienen el mismo peso doctrinal? lo digo por ejemplo si yo rechazara o dudara de la asunción de Maria, seria equivalente a rechazar la resurrección?
En términos generales no pienso mucho en los dogmas marianos, los creo por que tengo que, pero a veces tiendo mas a dudar que a creerlos.... por eso preguntaba.
pues... es difícil contestar: desde el punto de vista del "peso doctrinal" sí, son todos iguales. Mejor dicho: todos los "dogmas" son expresión del dogma: la fe en Cristo, y en ese sentido no son dogmas distintos, así que negar uno equivale a negar todos, o exacerbar uno por encima de todos los demás puede equivaler a negarlos todos (incluso el que se pretende afirmar).
Ahora bien: los dogmas no son afirmaciones sueltas, ni suplen el conocimiento natural de las cosas, y por lo tanto no afirman cosas en el mismo plano que el conocimiento natural. La palabra "dogma" viene del verbo griego "dokeo", y significa literalmente: "lo que ya ha quedado de manifiesto". El dogma expresa no una afirmación suelta a la que yo llegaría si mirara bien las cosas, sino un trabajo, un camino recorrido, en este caso por la Iglesia, por toda la comunidad de los creyentes a lo largo de su "tradición": el dogma es una mirada ejercida a lo largo del tiempo sobre una sola "cosa": Cristo, objeto de la fe y contenido de todos los dogmas, incluso los marianos.
El dogma siempre tienes que tratar de penetrarlo, porque su verdad no está en la afirmación, sino en la densidad de lo afirmado. Si hoy verifico que la tierra se mueve alrededor del sol, no necesito ninguna tradición para poder formularlo. Al contrario, muchísimas veces la tradición del conocimiento traiciona el espíritu de novedad y sorpresa que es esencial a la ciencia. Esa afirmación no se mueve en un plano de profundidad, está ahí, la verifique alguien o no. Puede ser que nadie sepa que la tierra se mueve alrededor del sol, pero en cualquier momento yo puedo verificarlo y pasar a saberlo, no necesito que nadie más lo sepa ni lo crea. Pero el dogma es otra cosa, no es un conocimiento, sino una clave compartida con una comunidad, una dirección a la que mirar para comprender un misterio.
Si la palabra no se prestara a equívocos, diría que el dogma es un símbolo, en el sentido griego: símbolo era una media piedra que se entregaba como señal de una prenda, entonces el que tenía la otra media piedra, era el verdadero destinatario de esa prenda: algo así es el dogma, por sí mismo nos desconcierta, porque afirma cosas que en el mejor de los casos son incomprobables, sin embargo la otra media cara del dogma hay que buscarla no en lo que afirma o niega, sino en la tradición vivida de la comunidad que lo afirma o niega.
Me acuerdo de ciertas personas que le pedían al Papa que declare la virginidad de san José: por más que muchos de ellos fueran teólogos, evidentemente desconocían por completo lo que es un dogma, e incluso la función de las declaraciones dogmáticas e incluso los mecanismos concretos con los que se llega a una declaración dogmática. El dogma no establece hechos fácticos, no establece verdades en el nivel de los hechos fácticos.
Perdonen la redundancia, en principio todo hecho es "fáctico", pero más que redundar lo que quiero es reduplicar, insistir. Hemos hablado aquí mismo en estos foros del tema de la virginidad de la Virgen: el dogma no establece una cualidad material del -y pido disculpas, no quiero ofender a nadie con mi lenguaje- del himen de María. Es verdad que un hecho muy frecuente en la virginidad de una mujer es que se conserve el himen intacto, pero el dogma no establece ese hecho (que por otro lado podría faltar sin que la mujer dejara de ser virgen), el dogma establece que eso, que ha tenido una dimensión material-fáctica que nosotros no podemos conocer, tiene repercusión en, en este caso, la imbricación de Dios en el hombre: Dios decidió nacer de una mujer, nacer bajo la ley, y en al condición de humillación de una mujer bajo esa misma ley (por ejemplo, también quiere decir más cosas). El dogma de la virginidad de María penetra en profundidad en el vaciamiento de Cristo como Dios que se despoja a sí mismo al hacerse hombre.
Cómo habrá sido el hecho "fáctico" de la virginidad de María es algo que ni siquiera debería ocuparnos un minuto, porque ni lo podemos resolver, ni el dogma se refiere específicamente a ello. A lo mejor la Virgen nació sin himen, cosa que ocurre de hecho, y ya está resuelto el tremendo problema que tienen muchos con la afirmación de que permaneció virgen antes, durante y después del parto. Como no tenemos ni idea de ese aspecto concreto del cuerpo de la Virgen (y posiblemente ella tampoco lo supiera), no podemos saber cómo fue o no fue.
Y lo mismo puede y debe decirse de los demás dogmas, como la asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos, la resurrección de Jesús, su descenso al Hades, la creación del mundo por la potencia infinita de Dios, la inspiración de la Biblia por el espíritu Santo, en fin, todos los dogmas, que expresan el trabajo en profundidad de toda la comunidad creyente por ir desenterrando del tesoro de esa afirmación "Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, el Salvador", que es el anuncio fundamental, todo lo que contiene.
Pienso yo que si se cree muchiiiisimo en la Virginidad de María, pero esa creencia pasa por desvalorizar la naturaleza sexuada y relacional de los seres humanos, aunque se afirme con las palabras, no se está creyendo en la dimensión encarnatoria de la que habla el dogma.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
Pues yo diría. Primero que quien no cree en la resurrección de Jesús, sera un santo, pero no es cristiano, y, lo remito a Pablo 1 Cor 15
Pero este no es el tema, y, como nunca lo hice, hoy, le voy dar la razón a Abel
Primero de nada, decir que quien niega un dogma, será hereje, pero sigue siendo cristiano
para que de verdad hallá pecado de herejía, hay que negar un dogma, y, saberlo, y, querer hacerlo
en nuestra Fe, no todo es dogma, hay verdades de Fe, que son eso, verdades de Fe, y, no dogmas. Ejemplo si no me equívoco la existencia del diablo. No es dogma
el dogma es una verdad definida como tal por el Papa, usando su prerrogativa de enseñar, o, por un Concilio
La Fe, es un regalo razonable, yo tengo que usar mi razón para creer, lo cual no quiere decir que no deba aceptar, verdades que no entienda, pero si que debo investigar y, estudiar en lo posible, el problema, es decir la herejía esta, cuando yo; rechazo un dogma, o, una verdad( aquí no habría herejía, si pecado) porque desde mi punto de vista humano es imposible, olvidando que para Dios, no hay nada, nada imposible.
Ahora bien, Él que Dios pueda hacerlo todo, no significa que ande, haciendo juegos malaberes ni números de Circo
y, ahi, viene otra cuestión
la forma en la que muchas veces se tiene noticia del dogma, y, me pongo como ejemplo
ya conté en otras ocasiones, que yo durante un tiempo, deje de creer en el Purgatorio, parece que es dogma, no lo sé, aunque creó en su existencia, porque los ortodoxos tampoco lo aceptan. Posiblemente, pasé como con el limbo
pero no iba mi rollo, por ahí, para mi, “ purgarse” signficaba tomar el “ aceite de marras”, y, dado que las almas del purgatorio, no tienen tripita, no podían purgarse. Por lo tanto, yo no podía creer en el Purgatorio, hasta que un día, leí un texto, que me aclaro mis dudas
lo que me paso, a mí, estoy seguro le pasa a mucha gente
por ejemplo El dogma de la Asunción de Maria, lo que nos dice, es que María, ha sido la primera criatura humana, persona plenamente humana, que participo en plenitud del triunfo de Cristo, en total plenitud
pero los catecismos que decían
Que había sido llevada al cielo por los ángeles, en cuerpo, y alma, y, si uno encima entiende y, confunde Cielo, con firmamento, pues se imagina a los ángeles agarrando a nuestra Madre, y Hermana María, a la silla de la reina, y, la pobre temblando de miedo, y, dicendo, cuidado, que me voy a caer.
Claro, ante ésto, puede que uno diga, pues no creo eso, y, hace bien, eso no es el dogma
podíamos hablar del modo tan carnal, de carne de carnicería, en como se ha explicado a veces la Eucaristía
Otros dogmas como los que condenaron al bueno de Nestorio, la persona divina pero no humana de Jesús, yo si veo a Jesús como persona humana, aunque fundida, y, tan mezclada con la divina que es un solo Yo
y, hay materia para dar y recibir
Lo del dogma de la virginidad lo de himen, si, himen no, para mi, no va por ahi, porque eso es ginecología, y, porque una mujer tenga himen, no quiere decir que sea pura en el terreno sexual, puede ser una pervertida, y, al contrario, ante Dios una muchacha que fuese violada, sigue siendo "virgen".
lo que para mí, significa el dogma, es que Jesús es enteramente de Dios, y de María, y, que Maria siempre estuvo en cuerpo, y, alma entregada a Dios; no porque el sexo sea malo, al contrario, ella como todos procedía de la unión sexual de sus padres, si no porque Dios se había apoderado de ella de un modo especial
Y, no necesito voto anterior a la encarnación, menos a los 3 años, que era una niña, no un monstruo; y, lo digo sinceramente, lo que decían y, aún dicen, algunos libritos, libracos que van de piadosos, de que " en la Anunciación antepone su deseo de no tener relación matrimonial, a la gloria de ser Madre de Dios"; eso, es una herejia, y, además pone a Maria como idolatra. Para ella, lo primero era la voluntad de Dios. simple y llanamente, y, me perdí.
Bueno, entendeis que sois listos
Gracias a Dios, las apariciones, visiones de otros, no son dogma, ni verdad de fe, lista iba yo, si lo fueran
y, sabes Carlos, que es lo más grande
que Jesús no nos va juzgar por si creímos este dogma, o, el otro, si no por si amamos al otro, pues el otro es él
Un abrazo
Maite
Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos
Que había sido llevada al cielo por los ángeles, en cuerpo, y alma, y, si uno encima entiende y, confunde Cielo, con firmamento, pues se imagina a los ángeles agarrando a nuestra Madre, y Hermana María, a la silla de la reina, y, la pobre temblando de miedo, y, dicendo, cuidado, que me voy a caer.
mira que me has hecho reír! las has clavao!
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
jajajajjajajajaja. Maite, que tienes un decir las cosas tan lindas y claras!
Al alba dije : !Ven!, ven!
Gracias, lo cierto es que la idea, me vino, porque en La Coruña, hay una iglesia, que tiene, en el altar mayor, una imagen de la Asunción, tal cual, yo describí, como piensan más de los que pensamos el dogma de la Asunción.
Por cierto, es muy bueno, el libro del cardenal Ratzinger "Luz del mundo"; sobre estos temas
Una opinión mía, es que desde luego, los dogmas no pueden ser, simplemente una cosa que se aprende; pero que no incide en la vida, de ningún modo; algo que uno, se aprende de memoria, y, encima mal, porque se lo han enseñado mal, y, uno, en su afan; de no " perder la fe"; pues se queda con una explicación, para los 7 años; olvidando el mensaje de la parábola del siervo inútil, que no fue castigado, por perder el denario, si no, por no intentar que rentase, por eso, personalmente creo, que Jesús, tendrá más cariño a los "herejes", que quiseron profundizar en la fe, aunque se les quedasen jirones en el camino, que los que creen que la Trinidad son 3 personas, pero tanto les daría que fueran 50, por poner sólo un ejemplo.
Desde luego, que creo por la Autoridad de La Iglesia, La Iglesia Cuerpo místico, que no es el vaticano; aunque por supuesto, el Vaticano también forme parte del Cuerpo místico; la Fe hay que formarla día a día, los dogmas hay que razonarlos, para aceptarlos, aunque sea sometiendo la razón; " el fisicismo" tiene que estar fuera, el mismo Jésús lo dijo; " mis palabras son Espirítu y vida"
Por lo tanto, ningun dogma, ninguna verdad de fe, puede ser vista en clave material: extrictamente material
Creó, creemos con la fe de la Iglesia, Fe que nos entronca con los primeros, con Pedro, y, también con los que vendrán, Fe explicita, pero también implicita; porque aúnque la Revelación, se cerro con la muerte del Apostol en Patmos, no sabemos, si el Espíritu hará ver, al Sucesor de Pedro, o, a los sucesores del Colegio Apostólico; las cosas que quedan en el baúl. Pues bien, eso, también lo creemos, aunque no lo sepamos
Dado, que aceptar un dogma, una verdad de Fe, no es aceptar una noción de geografia, o, de historia; sólo Dios, y, si acaso su Iglesia ayudada por Él, puede decir quien es hereje, porque no se trata, de recitar como los loros; si no de entender, comprender; y, mientras la comprensión que uno tenga, y, a la que hallá llegado procurando crecer en el amor a Jesús, no lo separé de la Iglesia, en el sentido, de decir " fundo la mía"; o, no le lleve a negar a Jesús, como Señor; yo, podré decir, que no estoy de acuerdo, con lo que esa persona dice, que no veo, ese dogma asi, pero no le puedo llamar hereje.
Y, bueno, nada más por ahora, porque el tema, me esta encantando
Un abrazo
Maite
"Los mandatos del Señor, son rectos, y, alegran el corazón"
no se trata, de recitar como los loros; si no de entender, comprender
Casi al mismo tiempo que tu mensaje, el Papa estaba diciéndoles eso mismo a los párrocos de Roma: «No se puede vivir en una infancia espiritual, infancia de la fe: lamentablemente, en este nuestro mundo, vemos ese infantilismo».
Lamentablemente -hay que añadir- por muchos años se miró -¡y se mira!- con suspicacia y ceño fruncido cuanlquier intento de proponer una "adultez en la fe", y enseguida te agregan un "sí, pero", como si el pretender esa adultez fuera una especie de preanuncio de heterodoxia.
El infantilismo de la fe, la repetición como loros, es algo que se ha propuesto y aplaudido desde los propios que debían catequizar de verdad y no lo hacían, porque siempre es más cómodo tener un ejército de gente que repite como loro.
El Espíritu conduce y cuida concretamente a su Iglesia, y la confianza en ese hecho -histórica y personalmente contrastable- debería estar por encima de cualquier otra consideración, y desde luego que por encima de cualquier miedo que pudiéramos abrigar.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
Abel, tienes más razón que un santo, pero la culpa no es siempre del creyente, desde luego desde el VII, hemos avanzado mucho, pero todavía quedan remoras; lo dejas muy claro en el aporte de “pagola”; hubo un tiempo, y, no hace siglos, de hecho hay catequistas que lo practican hoy, que el catecismo había que aprenderlo de memoria, muchos, se exponían al hacer una pregunta, no a una respuesta; si no a un castigo, o, al menos a oír “ a tí eso no te importa, tú lo crees y punto”; yo confieso, que ésto tengo que dar gracias a Dios, porque aunque tuve, que sufrir también a los, de cree, y, punto también tuve otros maestros, incluyo la familia, que me hicieron reflexionar, razonar, y, entender lo que creía, en la medida en que el misterio puede ser entendido; no que me diesen igual, 5, que 50 en la Trinidad.
Pero los mismo catecismos, tenían una frase,
“ Que Dios bendiga al que la puso, que no era más burro, por falta de entrenamiento”
era la respuesta a la pregunta, de que más cosas había que creer
“No me lo pregunteis a mi, que soy ignorante, doctores tiene la santa madre iglesia,que os sabran responder”
con todo mi cariño hacia el autor, un cristiano no puede ser ignorante, en su fe; porque si ignora el cristianismo, ignora a Cristo, y, si ignora a Cristo, es que no lo ama, y, si no ama, a Cristo, pues es un mal cristiano, un cristiano puede, y, desde luego todos, desconocer muchas cosas de su fe, unos más y, otros menos, pero para ello, esta el estudio, la formación; y, la oración, por supuesto doctores tiene la Iglesia, pero el Espíritu Santo, también algunos analfabetos, pero el don de Sabiduria, yde Ciencia, no se adquiere en universidades.
Por supuesto que los doctores a los que se refiere; tienen que dar respuesta, pero lo mismo los que no lo somos, respuesta que es en primer lugar con la vida; y, es un mandato bíblico “ estad dispuestos a dar razón de vuestra esperanza, a todo, él que os la pidiere”
Entre lo que dice la Biblia, Palabra de Dios, y, un señor, que puso una tontería en un catecismo, me quedo con la primera
Un abrazo
Maite
“Ante tí pongo, bendición y maldición”
Se ha exaltado mucho en un tiempo la llamada "fe del carbonero", que no es sino liso y llano "fideismo", tan poco conveniente para la fe y tan destructivo como el "racionalismo". Ahora decimos menos esas cosas como "dudar es pecado" o "se comienza dudando de un detalle y se termina dudando de la Trinidad", y expresiones fideistas semejantes, sin embargo mucha gente las sigue sintiendo como una actitud "genuinamente católica", aunque no quede bien decirlas en voz alta por "lo mundanizado que está todo".
El problema es que la palabra "fe" abarca dos dimensiones, estrechamente relacionadas pero distintas:
-Una dimensión "existencial": la fe como actitud vital de entrega incondicional a Dios, en la que siempre andamos escasos y debemos pedir más, aunque nunca termina de llenarse el recipiente. El episodio de la hemorroísa expresa muy bien esa dimensión de la fe.
-Pero hay también una dimensión "lingüística" de la fe: la fe consiste en afirmar, profesar, determinadas cosas acerca de Dios, al profesarlas, se está "confesando" a Dios, y al confesar a Dios, quedamos incluidos en su asamblea, en su cuerpo confesante, que es su Iglesia, y quedamos habilitados para celebrarlo. La dimensión "lingüística" no es menor ni secundaria, aunque por supuesto que está subordinada a la primera.
Los evangelios, y en general el Nuevo Testamento hablan más bien de la primera dimensión, de la existencial: como catequesis que son, buscan una respuesta "existencial" en el lector, no ponen el acento en la confesión sino en la actitud previa a la confesión, en la respuesta personal a la llamada de Jesús.
Incluso a veces llegan a reducir la confesión de la fe a un mínimo muy mínimo: "Si confiesas con tu boca que Jesucristo es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos...". Allí se ve muy claras las dos dimensiones que comprende la fe, pero también se ve hasta qué punto, en esos tiempos inciales de redacción del Nuevo Testamento (el fragmento pertenece a san Pablo, anterior incluso a la existencia de los evangelios), la cuestión de la confesión no se había desarrollado como lo hizo después.
Justamente algunos creen que, porque el desarrollo de la confesión de la fe es posterior, es poco importante o comporta una cierta arbitrariedad, o que Jesús "no se ocupó de eso". Es verdad que el desarrollo de la confesión viene ya a partir de fines del siglo I, con el comienzo de las disputas doctrinales, pero viene atrás como la adultez sigue a la infancia: una vez prendidos a la vid, que es lo que busca el anuncio incial del Evangelio, comenzamos a crecer y a madurar, y si en los primeros tiempos de la vida de fe es suficiente con la actitud de "abandonarse en Dios y sonreir", una vida así, desarrollada en el tiempo, termina siendo infecunda: la vida del hombre es lenguaje, y para poder dialogar, testimoniar, celebrar, necesitamos desarrollar ese otro aspecto de la fe, que crece como todo lenguaje: por ensayo y error, y en medio de la refriega, no de la seguridad y el aislamiento.
Sonó conclusivo. Qué suerte, así concluyo.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
vamos a liarnos: cómo q la vida del hombre es lenguaje? si te sacas eso de la chistera...
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El mundo escucha de buen grado a los maestros, cuando son también testigos.
Benedicto XVI.
Bueno, no me lo estoy sacando de la chistera: el lenguaje no es una dimensión menor u ocasional en la vida del hombre, es precisamente eso que nos separa de los demás vivientes. Por supuesto que no me refiero a las palabras, el lenguaje está tras la palabras: las palabras dicen algo y no son meros sonidos, porque tenemos lenguaje, la música dice algo, porque lo dice desde nuestro lenguaje, la pintura no es un mero manchoneo, que también lo puede hacer un mono, porque tenemos lenguaje: el lenguaje, el logos lo llamaron los griegos, nos es esencial. Tan esencial que Aristóteles puede decir que el hombre es "zoon logon ejon": un "viviente que carga con el lenguaje", o como horriblemente traducimos esa frase: el hombre es un "animal racional".
De la chistera se sacó la modernidad reducir el lenguaje, el logos, a la razón, y la razón al cálculo y la medida, que son sólo aspectos de una realidad que es multiforme, calidoscópica.
Lo que no pasa por el lenguaje, no está a la medida del hombre: incluso la renuncia a la palabra, de algunos ascetas, no está hecha como denegación del lenguaje, sino para volver a la palabra esencial, la que está en el origen de las palabras vanas que pronunciamos a cada minuto:
«[...]
Hay que perder a veces "la ciudad" y hay que perder a veces "las letras"
para reencontrarlas sobre el vértigo, más puras
en las relaciones de los orígenes...
[...]
Hay que perder los vestidos y hay que perder la misma identidad
para que el poema, deseablemente anónimo,
siga a la florecilla que no firma, no, su perfección
en la armonía que la excede...
O para ser el arpa de Lungmen
eligiendo ella sola los temas de su música,
lejos de los tañedores que se cantan a sí mismos
o que no oyen con los suyos a los recuerdos de las ramas
ni lo que dice el viento...
ni menos ven lo que el viento, por ahí, pone de pie...
[...]» (JuanEle, Deja las letras, en «De las raíces y del cielo»)
Incluso la renuncia al lenguaje es un hecho de lenguaje. Porque lo que no es un hecho de lenguaje, no pertenece al universo del hombre, no puede ser nombrado, ni celebrado, ni siqueira denegado. Si encuentras algo más esencial que eso, me lo avisas...
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
bueno, vale. hacemos las paces.
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El mundo escucha de buen grado a los maestros, cuando son también testigos.
Benedicto XVI.
Y, la Fe hay que confesarla de Palabra y obra, porque si no la confiesan las obras, es muerta, como dice Santiago; decir que Jesús es el Señor, lo que según Pablo, no se puede decir, sin el Espirítu Santo, significa, decirlo de veras, es decir, tener a Jesús por tal; y, por lo tanto, someterse a Él, cumplir su voluntad, porque la frase sola, la puede decir un loro,
Asi que van unidas la palabra, y, la acción
Un abrazo
Maite
"Ante tí pongo bendición y, maldición"
Las obras son también un modo de decir las cosas, son confesión de la fe, y a veces es hasta más sincera que la confesión de boquita.
San Pablo opuso la fe a las obras de la ley, a pretender obligar a Dios con mis obras; no creo que él pretendiera oponer las palabras y las obras como lo hacemos nosotros habitualmente. Pero a juzgar por la polémica de la carta de Santiago, lo de Pablo se entendió mal -o se divulgó mal- ya desde el principio.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»