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«Mira que estoy a la puerta y llamo,
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Viernes, XV semana del Tiempo Ordinario, feria
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(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
 
Himno
Ando por mi camino, pasajero,
y a veces creo que voy sin compañía,
hasta que siento el paso que me guía,
al compás de mi andar, de otro viajero.

No lo veo, pero está. Si voy ligero,
él apresura el paso; se diría
que quiere ir a mi lado todo el día,
invisible y seguro el compañero.

Al llegar a terreno solitario,
Él me presta valor para que siga,
y, si descanso, junto a mí se reposa.

Y, cuando hay que subir monte (Calvario
lo llama él), siento en su mano amiga,
que me ayuda, una llaga dolorosa.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmodia
Salmo 21 - I: El siervo de Dios sufriente ora, y Dios le responde
Ant: Lo vimos despreciado; como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.

Dios mío, de día te grito, y no respondes;
de noche, y no me haces caso;
aunque tú habitas en el santuario,
esperanza de Israel.

En ti confiaban nuestros padres;
confiaban, y los ponías a salvo;
a ti gritaban, y quedaban libres;
en ti confiaban, y no los defraudaste.

Pero yo soy un gusano, no un hombre,
vergüenza de la gente, desprecio del pueblo;
al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere.»

Tú eres quien me sacó del vientre,
me tenías confiado en los pechos de mi madre;
desde el seno pasé a tus manos,
desde el vientre materno tú eres mi Dios.
No te quedes lejos, que el peligro está cerca
y nadie me socorre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Lo vimos despreciado; como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos.
Salmo 21 - II:
Ant: Se repartieron las ropas de Jesús, echándolas a suerte.
Me acorrala un tropel de novillos,
me cercan toros de Basán;
abren contra mí las fauces
leones que descuartizan y rugen.

Estoy como agua derramada,
tengo los huesos descoyuntados;
mi corazón, como cera,
se derrite en mis entrañas;

mi garganta está seca como una teja,
la lengua se me pega al paladar;
me aprietas contra el polvo de la muerte.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.

Ellos me miran triunfantes,
se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
líbrame a mí de la espada,
y a mi única vida, de la garra del mastín;
sálvame de las fauces del león;
a este pobre, de los cuernos del búfalo.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Se repartieron las ropas de Jesús, echándolas a suerte.
Salmo 21 - III:
Ant: En la presencia del Señor se postrarán las familias de los pueblos.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel.

Porque no ha sentido desprecio ni repugnancia
hacia el pobre desgraciado;
no le ha escondido su rostro:
cuando pidió auxilio le escuchó.

Él es mi alabanza en la gran asamblea,
cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan:
viva su corazón por siempre.

Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.

Porque del Señor es el reino,
Él gobierna a los pueblos.
Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,
ante él se inclinarán los que bajan al polvo.

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: En la presencia del Señor se postrarán las familias de los pueblos.
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Ant: Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.
Ant: Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.
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Ant: En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor.» Aleluya.
Ant: En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor.» Aleluya.
Lectura Bíblica
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Rm 1,16b.17
El Evangelio es la fuerza de salvación de Dios para todo el que cree. Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la Escritura: «el justo vivirá por su fe.»
V/. Con Dios se alegra nuestro corazón.
R/. En su santo nombre confiamos.
Final

Oremos:

Señor Jesucristo, que a la hora de tercia fuiste llevado al suplicio de la cruz por la salvación del mundo, ayúdanos a llorar los pecados de la vida pasada y a evitar las faltas en lo porvenir. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. Bendigamos al Señor.
R/. Demos gracias a Dios
 
En el rezo comunitario de ETF acostumbramos añadir:
V/. Desde la salida del sol hasta su ocaso...
R/. Bendigamos el nombre del Señor.
 
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