Medjugorje: un enviado del Papa para las exigencias de los fieles
13 de feb de 2017
Francisco nombró al obispo polaco Hoser: ninguna nueva investigación sobre las apariciones, pero tendrá el encargo de sugerir «iniciativas pastorales para el futuro»
El Papa nombró a un «enviado especial» para Medujorie. Pero no para llevar a cabo nuevas investigaciones sobre las apariciones marianas que comenzaron en 1981 y que todavía no se han interrumpido, según creían algunas personas que anticiparon la noticia. Lo que le preocupa a Francisco son todos los peregrinos que visitan la parroquia y el lugar de las primeras apariciones en el pueblito de Bosnia-Herzegovina que se ha convertido en uno de los centros marianos más frecuentados del mundo.
El comunicado de la Secretaría de Estado vaticana indica que el 11 de febrero de 2017 «el Santo Padre ha encargado a monseñor Henryk Hoser, arzobispo-obispo de Warszawa-Praga (Polonia)» que se dirija «a Medjugorje como enviado especial de la Santa Sede».
Inmediatamente después la nota aclara los motivos del nombramiento y describe sus objetivos, desmintiendo que Bergoglio tuviera en mente nuevas investigaciones después de las que llevó a cabo durante cinco años y que concluyó en 2015 la comisión de cardenales y expertos guiados por el cardenal Camillo Ruini.
«Esta misión pontificia —se lee en la nota—tiene la finalidad de profundizar en los conocimientos de la situación pastoral de esa realidad y, sobre todo, de las exigencias de los fieles que viajan en peregrinación a fin de sugerir eventuales iniciativas pastorales para el futuro. De modo que, como se precisa en el comunicado de prensa, esta misión tendrá un carácter exclusivamente pastoral». Hay que subrayar la expresión «exclusivamente pastoral» que explica bien las finalidades del encargo de Hoser, que no será un «espía» de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sino que tendrá que ocuparse de los problemas pastorales que desde años se viven en Medjugorje.
No es ningún misterio que una atávica diferencia contrapone a los franciscanos con el clero seglar y con el obispo de la diócesis competente, que es la de Mostar. El obispo anterior, Pavao Zanic, así como el actual, Ratko Peric, están en contra de las apariciones. Una de las conclusiones a la que había llegado la comisión de Ruini tenía que ver justamente con los problemas pastorales. Entre las propuestas había surgido la de transformar la parroquia de Medjugorje en un santuario que dependiera directamente de la Santa Sede. Otra posibilidad era la de separar el territorio de Medjugorje de la diócesis de Mostar para que volviera a la vida una vieja diócesis suprimida.
Con el nombramiento de hoy se confirma la actitud de Papa Francisco ante estos fenómenos. A pesar de que haya advertido en diferentes ocasiones sobre la atención morbosa hacia los «mensajes» y los «secretos» atribuidos a la Virgen, que en algunos casos acaba distrayendo a los fieles del mensaje evangélico, Bergoglio muestra gran respeto por lo que sucede en estos lugares. Y, en el caso de Medjugorje, millones de personas han pasado por allí y vuelven, participando en intensas experiencias espirituales y, en muchos casos, descubriendo la fe o volviéndola a encontrar.
En relación con el fenómeno y su origen, la comisión de Ruini concluyó sugiriendo un parecer favorable en el reconocimiento de la naturaleza sobrenatural de las primeras apariciones marianas, pero suspendiendo el juicio sobre todo lo que vino después. Como se sabe, según la narración de los videntes (chicos que con el paso del tiempo se han vuelto adultos) la Virgen, después de haber aparecido en la colina que se encuentra cerca del pueblo y después en la iglesia parroquial, seguiría apareciéndoseles en horarios preestablecidos en donde se encuentren.
Las conclusiones de la comisión Ruini, que había evaluado una enorme mole de documentos, que había analizado todos los mensajes, que había escuchado a todos los testigos y en varias ocasiones a los videntes, fue entregada a Francisco en 2014. Desde entonces, el «dossier» pasó a la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Papa mismo, durante el vuelo de regreso de Sarajevo, dijo a los periodistas que Ruini había hecho «un buen trabajo», y anunció una inminente discusión sobre el caso en el ex Santo Oficio. Pero no ha habido más novedades desde entonces.
El director de la Sala de Prensa vaticana, Greg Burke, subrayó que «la misión del enviado especial es un signo de atención del Santo Padre hacia los peregrinos. El objetivo no es inquisitorio, sino estrictamente pastoral. El enviado no entrará en la cuestión de las apariciones marianas, que son competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y estará en contacto con el obispo diocesano, con los frailes menores franciscanos (a los cuales fue encomendada la parroquia de Medjugorje) y con los fieles del lugar». Y concluyó: «Es una misión para los peregrinos, no es contra nadie».
La señal del nombramiento del obispo polaco indica, pues, cuál es la prioridad del Pontífice: las exigencias de los peregrinos, su cuidado pastoral. Monseñor Hoser, concluye la nota vaticana, « seguirá ejerciendo su oficio pastoral de Arzobispo-Obispo de Varsovia-Praga – complete su mandado antes del próximo verano».
