«En cada trabajo apostólico estuvo siempre animado por el deseo de testimoniar, con mansedumbre y sabiduría, el amor de Dios por el hombre, trabajando por la fraternidad entre los pueblos y las religiones». Con estas palabras ha descrito en un telegrama el Papa Francisco al cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, fallecido el pasado lunes a los 72 años.
El cardenal español estaba hospitalizado en el Hospital Gemelli de Roma y falleció «al final de una larga enfermedad soportada con gran fe», según ha escrito Francisco en el telegrama de pésame enviado a David Costa Domingues, vicario general de los Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón de Jesús, congregación a la que Ayuso pertenecía desde 1973. «Hijo espiritual de San Daniel Comboni», le llama el Papa al recordar a quien en 2019 eligió para dirigir el dicasterio que se ocupa de las relaciones con otras religiones.
El Pontífice reconoce asimismo su «afecto y admiración» por el cardenal Ayuso, «un hermano que sirvió al Evangelio y a la Iglesia con ejemplar dedicación y delicadeza de espíritu». En particular, Francisco expresa en la misiva «gratitud» por el ministerio que prodigó «sin escatimar esfuerzos, primero como celoso misionero en Egipto y Sudán, después como presidente del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos, y finalmente al servicio de la curia romana en el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso».
El funeral por el cardenal Miguel Ángel Ayuso tiene lugar este miércoles a las 14 horas, en la basílica de San Pedro, en una celebración presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, a la que asistirán varios cardenales, arzobispos y obispos. Al final de la celebración, el Papa Francisco pronunciará la ultima commendatio y la valedictio, dos oraciones de elogio y despedida al difunto cardenal.