Sapientisimo Niño de Atocha,
general protector de todos las hombres,
general amparo de desvalidos,
medico divino de cualquier enfermedad.
Poderosisimo Niño:
yo te saludo,
yo te alabo en este dia y te ofrezco estos
tres Padre Nuestros y Ave Marias y Gloria,
en memoria de aquella jornada que hicistes
encarnado en las purisimas entrañas
de tu amabilisima Madre,
desde aquella ciudad santa de Jerusalén hasta llegar a Belén.
Por cuyos recuerdos que hago en este dia
te pido me concedas lo que te suplico,
para lo cual interpongo estos méritos
y los acompaño con los del coro
de los Querubines y Serafines,
que están adornados de perfectisima sabiduria,
por los cuales espero, preciosisimo Niño de Atocha,
feliz despache en lo que te ruego y pretendo,
y estoy cierto que no saldré desconsolado de ti,
y lograre una buena muerte,
para llegar a acompañarte en Belén de la Gloria, Amén.
Aqui se hace la petición
y se rezan tres Padre Nuestros, Ave Marias y Gloria.
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La imagen del Santo Niño de Atocha tiene su origen en España, en Atocha, que hoy es un barrio de Madrid, pero que formaba parte antiguamente del Madrid extramuros. Hay allí, atestiguada desde el siglo VI, una advocación de la Virgen llamada precisamente "Nuestra Señora de Atocha". Es una imagen muy venerada y querida. De hecho, su basílica es una de las sólo cuatro que hay en la capital de España. Ya el rey poeta Alfonso X, el Sabio, le dedica a esta imagen dos de sus "Cantigas" (la 289 y la 315). Algunos dicen que el nombre se explica como derivación muy deformada del título griego de María "Theotokos" (Madre de Dios), mientras que otros lo explican por un milagro en el que la imagen está escondida entre la hierba "tocha" (agreste e incultivada).
Junto a ella se desarrolló ya desde antiguo la devoción al Santo Niño de Atocha, una imagen del Niño Jesús con fama de muy milagrosa. Sin embargo, esta veneración adquirió toda su difusión, llevada por los conquistadores, más en América que en la propia España, especialmente en México, donde se le tiene gran cariño, y en el sur de USA, en los territorios antiguamente hispánicos.
La imagen representa a un niño vestido a la usanza de los peregrinos del Camino de Santiago: capa, cayado, y la típica concha con la que los caminantes bebían agua, y que pasó a ser con el tiempo el símbolo jacobeo por excelencia. las tradiciones afirman que hacia el siglo XI, cuando Atocha estaba en poder de los musulmanes, estos no permitían que a los cristianos presos les llevara comida ni agua más que los niños, por lo que aquellos que no tenían un niño en la familia, podían morían de inanición; sin embargo, un misterioso niño vestido de peregrino alimentaba en la cárcel a los presos, que podían así hacer frente al invasor.
Hay varias representaciones del Santo Niño, la que mostramos es la que se venera en la parroquia de Nuestra Señora de Atocha, en Madrid.