oma, 17/03/05 (Veritas) - Desde febrero pasado hasta primeros de abril, el Instituto Sacerdos del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum ha organizado el primer curso sobre satanismo invitando a más de diez prosesores especializados en el tema, teólogos, exorcistas, doctores de Derecho Canónico y otros profesionales.
Entre ellos está el profesor de Teología dogmática Pedro Barrajón que impartirá un curso sobre la teología de los ángeles y los demonios. Sobre este y otros temas de satanismo habla para la agencia Veritas.
-Este es el primer encuentro sobre exorcismo, ¿por qué en la Iglesia no se habla frecuentemente del demonio?
Pedro Barrajón: La Iglesia centra su mensaje en la persona de Jesucristo, en el amor del Padre que El nos revela y en la acción del Espíritu Santo en la Iglesia y en las almas. El tema del demonio no es central en el mensaje cristiano, si bien es parte integrante del mismo.
Aunque no está en el centro de lo que la Iglesia predica, no se puede sin embargo ignorar. Por ello, con el fin de orientar la pastoral de los sacerdotes interesados en este campo, se ha propuesto este curso. Hubo un tiempo de silencio o incluso de rechazo, dentro de la misma teología, de la figura del demonio, como si sólo fuera algo simbólico.
Ahora, con la ayuda del Magisterio de la Iglesia, sobre todo de Juan Pablo II en una serie magnífica de catequesis del año 1986, se posee una visión más equilibrada en la que se acepta la posible acción del demonio en contra del Reino de Cristo, de la Iglesia y de los hombres, pero al mismo tiempo se trata de discenir lo que es posible fantasía, invención humana o enfermedad psicológica de lo que es una verdadera acción demoníaca.
-¿Por qué sólo unos determinados sacerdotes pueden realizar exorcismo? ¿tienen alguna cualidad particular?
Pedro Barrajón: Quien tiene la facultad ordinaria de realizar el exorcismo llamado solemne en la Iglesia es el obispo o los sacerdotes que él delegue. La Iglesia quiere actuar con prudencia en esta materia tan delicada y por ello sólo concede a estas personas estas facultades. El exorcista debe ser un hombre de oración, de sana y profunda doctrina, de vida santa, de gran equilibrio psicológico y humano y profundo conocedor del corazón del hombre.
¿Por qué atrae tanto el demonio?
Pedro Barrajón: El demonio atrae quizás porque el mal tiene un cierto poder de fascinación y de seducción. Además hay una cierta morbosidad natural en estos temas del satanismo y del culto a Satán, propio de espíritus que sienten la atracción de lo oculto, lo misterioso, lo irracional. Otros quieren saber algo del demonio por mera curiosidad.
Es una figura muy representada en el arte y últimamente también ha habido representaciones fílmicas de gran difusión. Muchos quieren saber si todo lo que se describe en las escenas de una película como el Exorcista corresponde a la realidad o es una mera fantasía. En otras personas hay un sincero afán de tener una mayor formación religiosa al respecto.
En fin, por diversos canales y motivaciones, el demonio ha sido siempre una figura que ha llamado la atención de la curiosidad humana.
-¿Qué poder tiene el demonio sobre las personas?
Pedro Barrajón: El demonio no tiene más poder sobre la libertad de las personas que la que éstas le dejan. Su modo normal de actuación es la tentación por medio de la cual trata de inducir al hombre a cometer un pecado. Pero el hombre siempre puede, con el uso de su libertad y la ayuda de la gracia, rechazar la acción diabólica.
En ciertas ocasiones extraordinarias, el demonio, con la permisión de Dios,puede tener un influjo físico sobre lugares o personas. Es precisamente en estos casos, para liberar a las personas de las posesiones diabólicas, cuando se usan los exorcismos.
-¿Es cierto que los ángeles actúan por medio de personas que encontramos?
Pedro Barrajón: Más bien atribuiría a la providencia de Dios más que a los ángeles todo aquello que nos sucede en los encuentros con las demás personas. No hay que olvidar que Dios se vale de cualquier situación para conducirnos a la salvación, incluso de situaciones o encuentros que a primera vista nos parecerían negativos.
La vida de los santos está llena de estos encuentros providenciales a través de los cuales Dios va conduciendo a sus hijos hacia la vida eterna. Esto dicho, no quita que Dios no pueda querer también, en determinados casos, que nuestros encuentros con otras personas sean mediados por ángeles que nos ayuden a acercarnos más a El.
-¿Qué es un exorcismo?
Pedro Barrajón: El exorcismo es una oración pública de la Iglesia, realizada en nombre de Jesucristo, para que una persona o un objeto sea protegidos contra las asechanzas del Maligno y sustraídos a su dominio. En el bautismo, lo realiza el sacerdote que administra este sacramento. En lo que se llama exorcismo solemne la realiza el obispo o un sacerdote delegado suyo.
-¿Podría brevemente explicar cómo se hace un exorcismo?
Pedro Barrajón: El Ritual sobre exorcismos precisa el modo de realizar este rito que la Iglesia considera un sacramental. Después de oraciones introductorias que alimentan la confianza en el poder de Dios, el sacerdote ordena al demonio, en nombre de Cristo y con la autoridad de la Iglesia, que abandone a la persona a la que se quiere librar de su poder.
La Iglesia realiza estos actos con mucha discreción y prudencia para evitar todo tipo de interpretación mágica o supersticiosa y después de asegurarse que no se trata de una enfermedad o trastorno psíquico.