(Interpolación apócrifa a Jonás 2)
"¡Generación malvada y adúltera!Un signo pide,
y no se le dará otro que el de Jonás profeta." (Mt 12,39)
Del Editor: en la Cueva 18 de Qumram se encontraron tres papiros conteniendo el texto íntegro del Profeta Jonás. Dos de ellos no agregaron nada a lo que ya se sabía, salvo algún cambio en dos o tres palabras, pero el tercero contenía un texto más extenso interpolado entre el versículo 1 y el 2 del segundo capítulo del Canónico de Jonás, que hemos traducido escrupulosamente, aunque estamos casi seguros de que se trata de una falsificación medieval. El texto estaba sorprendentemente bien conservado, a pesar de una laguna bastante extensa en su parte central, por lo que no hizo falta recurrir a las habituales expresiones conjeturales ni reconstrucciones de dudoso carácter. Se ha respetado la expresión goy -goim en plural- (extranjero/pagano), y la expresión Eretz (la Tierra Santa), porque su intenso valor afectivo en la lengua original las hace intraducibles.
Dispuso YHVH un gran pez que se tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches
-¡Malditos, malditos y mil veces malditos go'im! Mira que aprovecharse de un hombre que está durmiendo, inerme e indefenso, para arrojarlo así, al mar, ¡y por una superstición! Esas cosas sólo se ven entre malditos paganos, No en Eretz, Jonás, no en Eretz...
Bueno, bah, dicen las viejas historias que David hizo algo parecido... ¡pero pidió perdón! ¡ahí está la gran diferencia! y Adonai lo escuchó, e hizo a nuestro pueblo más grande de lo que ya era.
Ahora, en realidad, ya importa poco, "no te alaban los que bajan al Sheol". ¡Qué oscuro está esto! Si me viera Rabbí Joás... En mi interior siempre me pareció pesado, todos los sábados discutiendo lo mismo con Rabbí Azael, que si el Sheol es frío o caliente, que si hay luz o tinieblas, que si es húmedo o seco... frío, húmedo, oscuro... ¡ay, si pudiera volver a ver a Rabbí Joás, tendría que reconocerle que tenía razón! ¡la cara que pondría Rabbí Azael!
Siempre fue bueno conmigo, tal vez para disculparse por haber sugerido a mi padre que Ruti era lo que me convenía, ¡ay Ruti, Ruti! ¿A quién le gritarás ahora?
Pero en el fondo me gustaba tenerla cerca... no demasiado cerca, por lo menos mientras gritaba, pero ninguna otra mujer me hubiera hecho las trenzas como ella, ni me hubiera cosido las filacterias con tanta escrupulosidad. Bueno, en realidad no sé cómo hubiera sido compartir la vida con Sara... parece que Jael no la trata todo lo bien que ella merece, ¡qué desmejorada estaba el otro día! desde que se casaron que la fui viendo cada vez de peor semblante, pero el otro día me impresionó, demacrada, como después de los partos... pero sin partos. Qué cosa, ¿no? Que Adonai no le haya bendecido el vientre. Eso es un castigo para Jael... hizo bien Adonai, yo hubiera hecho lo mismo.
Bueno, no siempre los castigos son muy justos, hay que reconocerlo... ja, ja, ja, ¡mira. Jonás, si le decías esto a Rabbí Iaacov! ya hubiera tenido Ruti que preparar ungüentos para los chichones que te iba a dejar en esta cabezota. Pero bueno, ahora lo puedo decir: ya ni me escucha, ni mis palabras le importan a nadie, ni nadie las registra, ni nadie las discute...
¿Dónde estarán todos los otros? ¿vivirá cada uno en una morada distinta? Yo pensé que cuando uno bajaba al Sheol se encontraba con Avraham, con Isaak, con Shlomo... pensé que les iba a poder preguntar cosas, enterarme de algunos detalles que nuestras historias no registraron. A mí, por ejemplo, el modo como llegó el Gran Shlomo a suceder a su padre nunca me quedó del todo claro, y para colmo los Maestros no responden más que lo que dicen las Santas Historias. En fin, una desilusión el Sheol.
¡Qué oscuro y frío está esto! ¿Por qué dejaste que esos impíos me arrojaran aquí, Adonai? ¿Me escuchas, Dios, me escuchas? ¡No oyes mi grito...?
No, no oyes mi grito, los vivos, los vivos son quienes te hablan, y tú los escuchas... bueno, a veces. Ayer, cuando aun estaba vivo, te clamé de todas las formas posibles, y nada.
Seguro que si alguien escribiera mi historia diría que es un justo castigo porque me quise ir a Tarsis en vez de a Nínive, pero ¿qué querías? ¡Era un error que me mandaras predicar la conversión a esa gente! Después Ruti me reprochaba que siempre estuviera discutiendo en casa lo que Rabbí Joás enseñaba... ¡no es que yo quiera ser discutidor! pero no me vas a decir que mandarme predicar en Nínive es algo sensato. ¿Qué querías con esos malditos go'im? Seguro que lo primero que hubieran hecho al pisar tu Santo Templo es poner un mercado. Bueno, sí, ya sé que hay uno... pero es un mercado santo, donde los que comercian cumplen la ley y no prestan con demasiada usura.
Paganos, ¡bah! Yo lo que no entendí nunca, y si estuvieras acá te preguntaría, es por qué el Día de tu Ira contra Sodoma el fuego no devoró tooooodas las ciudades de los impíos, ¿Es que quieres a alguien más aparte de Eretz? ¿No es Israel la diadema preciosa de tu corona? Paganos, ¡ajjjj!
¡Qué frío y qué oscuridad horribles! ¡Y me duele todo el cuerpo! si hubiera sabido que en el Sheol seguiría sufriendo por mi cuerpo... ¡si hubiera al menos una ligera luz, algo de comer...! ¡Ay, ay, ay, mi cabeza!
¡Esto sí que es un descubrimiento único! Me nombrarían Rabino Mayor si pudiera subir para contarlo. Ni en las más vívidas descripciones de Rabbí Azael figura que el Sheol tenga techo... y bien duro, ¡ay! El techo duro, el piso blando... qué raro es el Sheol, podría probar de caminar un poco ¿no?... tengo tiempo, toda una eternidad para recorrerlo, ¿será muy grande? ¿será siempre así de aburrido? ¿podré comer alglo glalgluna gllgllg,.... ahhhh! casi me ahogo, voy de descubrimiento en descubrimiento, ¡estoy en las fuentes del Gran Abismo! Cuánta agua, y olor a pescado, y olor a sal, y esto pastoso que se me pegotea... ¿será comestible?
¡mhhhhh! ¡algas! ¡Después Ruti se quejaba de que yo era delicado para la comida! Bueno, de qué no se quejaba Ruti... pero hoy, si hasta me comería una pata de cerdo, como un maldito goy... ¡Algas, qué buenas están las algas...!
Espera, Jonás, vamos a ver: algas ... olor a mar... olor a pescado... techo... piso... ¡no lo puedo creer! ¡no estoy en el Sheol!... ¿Puede ser cierto? ¿Adentro de un monstruo del mar?
No, no puede ser... pero bueno, es la evidencia... es im po si ble que esto sea el Sheol. Entonces, Adonai, tal vez todavía me escuches, y mi voz llegue hasta tu Santo Templo.
Bueno, primero que nada quiero que tengas en cuenta que lo que dije no era en serio, ¿entiendes? Es que estaba... lo ocurrió es que... ¡No quise decir lo que dije, Adonai! Tus juicios son justos, no tengo duda... Eso sí, lo de ir a predicar a Nínive, sigo sin entenderlo ¡Si ya elegiste a Israel, para qué quieres más?
Sí, ya sé lo que diría Rabbí Azael: "es un signo". No sé que relación tiene con esto, pero sospecho que Rabbí Azael tampoco tiene la menor idea de qué relación tiene... tooooodo es un signo: ¿El rey se muere? "es un signo". ¿llueve el sábado a la hora del Sacrificio? "es un signo" ¿el pobre Jonás va a parar al vientre de un cetáceo por culpa de unos malditos go'im? "es un signo..." ¿Me podrian decir "signo" de qué?
Y después, desde luego, la eterna pelea con Rabbí Joás: porque si no es por el calor o el frío del Sheol, es por si hay que interpretar la lluvia del sábado como un signo o como un castigo:
-"es un signo"
-"es un castigo"
-"es un signo"
-"es un castigo"
-etcétera...
¡No hay manera que se pongan de acuerdo! Recuerdo hace muchos años, cuando nuestro Rey Amasías fue derrotado por Joás de Israel (esos bastardos que usurpan el nombre del Pueblo Santo), nos enteramos el Sábado al llegar al Templo. Y todos nos quedamos boquiabiertos cuando Rabbí Azael dijo "Castigo de Adonai".
¡Por fin, una vez se iban a poner de acuerdo los dos! Pero no. Ese mismo día Rabbí Joás dijo: "esta vez es claramente un signo"
-"es un castigo"
-"es un signo"
-"es un castigo"
-"es un signo"
Vuelta a empezar... al menos invirtieron la rueda, para no aburrirnos.
(siguen dos cuartillas ininteligibles. N. del E.)
Lo que me pregunto es cómo salgo ahora de acá... ¿Cuánto tiempo pasó. habré dormido mucho? ¡Ay, Adonai, mejor hubiera sido que me dejases en las manos del Sheol! ¡Basta ya, déjame que muera de una vez!
Aunque la verdad que si se pudiera seguir viviendo sería mejor, ¿no? A pesar de los gritos de Ruti, aunque me tenga que callar la boca cuando Rabbí Iaacov me reprende... supongo que es preferible todo eso antes que bajar al Sheol. ¡Si hasta es preferible ir a predicar a Nínive! ¡Ay, si pudiera decidir hoy de nuevo! Iría a Nínive, Adonai, te lo aseguro. Iría y la caminaría entera, y estoy seguro que se convertirían hasta las hormigas...
Bueno, sigo sin saber para qué quieres la conversión de Nínive, para qué sirve un signo que nada significa.... La cuestión ahora es cómo salir de acá. Te ofreceré un sacrificio voluntario, e invocaré tu nombre... y... no me acuerdo cómo sigue.
Sí, ya sé que en vez de cuestionar cada cosa que los maestros dicen tendría que prestar más atención al canto de los Salmos, Ruti tiene razón. No me escucha ahora, por eso lo digo en voz alta, pero la verdad que tiene razón. Y me parece que si salgo de ésta se lo diré. A lo mejor se sorprende tanto que la dejo sin habla por un rato....
Pero no importa eso ahora, debo estar muy cómico con un alga colgándome de los cabellos... en fin, ya para signo hay suficiente, me parece. Lo bueno ahora sería encontrar las palabras justas para implorar a Adonai que me libre... tal vez... podría hacer aunque sea una mezcla de los Salmos que me acuerde... a ver...
Desde mi angustia clamé a YHVH y él me respondió;
desde el seno del seol grité, y tú oíste mi voz.
Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar,
una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí.
Yo dije: ¡Arrojado estoy de delante de tus ojos!
¿Cómo volveré a contemplar tu santo Templo?
Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo,
un alga se enredaba a mi cabeza.
A las raíces de los montes descendí,
a un país que echó sus cerrojos tras de mí para siempre,
mas de la fosa tú sacaste mi vida, YHVH, Dios mío.
Cuando mi alma en mí desfallecía me acordé de YHVH,
y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo.
Los que veneran vanos ídolos su propia gracia abandonan.
Mas yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios,
los votos que hice cumpliré. ¡De YHVH la salvación!
Y YHVH dio orden al pez, que vomitó a Jonás en tierra.