a Toñi, cuyo diálogo siempre estimula a pensar[/right]
La palabra «herejía» anda muy en boca desde hace unos años. ¿Cómo muy en boca? -me dirán- ¡si ya casi nadie está atento a la herejía!
Lo que está en boca es la palabra «herejía», no su significado. Es más, por un curioso fenómeno del lenguaje que se verifica con muchísima frecuencia, cuando una palabra anda muy en boca, suele ser porque ha perdido todo, o casi todo, su significado.
Y así es que, aunque su significado casi está escondido y olvidado, anda en boca de todos, aunque de dos maneras distintas:
- Están los que llaman herejía a casi todo lo que no sea la repetición de las fórmulas dogmáticas o magisteriales. ¡Y ojalá fuera aunque sea así! A veces simplemente llaman "herejía" a lo que les suena mal, a lo que les parece que no es ortodoxo. Parecer que en una fe tan compleja en sus formulaciones como la nuestra, suele necesitar de una cierta formación previa.
Hace poco una persona me decía que yo estaba diciendo una herejía porque dije que "la Fe es de Dios y es de la Iglesia". La fórmula "ésta es la Fe de la Iglesia" es parte de la liturgia bautismal, así que habrá que preguntarse primero qué quiere decir esa fórmula antes de saber si la fórmula es o no herética...
Si un teólogo dijera que el pecado de Adán fue "necesario", podrían decirle que es una "herejía", ya que ningún pecado es necesario; sin embargo, la fórmula está literalmente dicha así en el Pregón Pascual: "Pecado de Adán, ciertamente necesario..."
Están entonces los que trivializan la herejía aplicándola a cualquier cosa que les suene mal.
- Pero también están los que llaman «herejía» a todo lo que parece renovador y "aggiornado" en la teología actual. Y puesto que renovarse y aggiornarse es parte del imperativo categórico de nuestra época, entonces les parece muy bien decir que "estuvieron leyendo un teólogo bien herejote, que decía cosas estupendas". Si decía cosas estupendas, y si eran efectivamente estupendas, es seguro que no se trata de un teólogo "herejote", porque la herejía no es nunca "estupenda", por definición.
Están entonces los que trivializan la herejía aplicándola a cualquier cosa que les suene moderno, atractivo y provocador.
Y sin embargo, lo que la palabra «herejía» dice es tan importante, tan pero tan importante, que si no la tuviéramos tendríamos que inventar otra que cubriera el mismo significado, así que en vez de seguir el uso trivializado, trataré de explicar lo que creo que debe entenderse con esa palabra, y cómo distinguirla de otras realidades que se le pueden parecer.
Herejía es una formal negación de (al menos) una afirmación de nuestra fe. Generalmente la herejía no niega una sino varias verdades de la fe simultáneamente. No niega todas, sino algunas, y eso es lo propio de la herejía. Precisamente por eso se llama «herejía», porque «separa», «aisla» ("haireo", en griego) una parte de la fe, y la proclama como la fe auténtica, como la totalidad de la fe. Por eso la herejía siempre tiene razón en lo que dice, en lo que yerra es en lo que no dice. Si un hereje dice que Jesucristo es sólo Dios, no carece de razón; efectivamente, Jesucristo es Dios; pero no es sólo Dios, sino también hombre.
Eso le da a la herejía un aspecto de razonabilidad que llama la atención.
Por supuesto, para que haya herejía no basta con que una persona seleccione ocasionalmente una parte de la verdad. Si alguien que está hablando de la humanidad de Jesús habla todo el tiempo de la humanidad de Jesús y no menciona la divinidad, no por eso la está negando. Para que podamos decir que es hereje, debería hablar de la humanidad de Jesús de tal modo que haga imposible insertar en eso una mirada acerca de la divinidad. Como en el ejemplo anterior, el que dice "Jesucristo es sólo Dios", y con ese adverbio -"solamente"- hace imposible que la fe avance hacia la humanidad de Jesús.
¿Y no podría haber alguien que lo niegue todo, no sólo una parte? Es imposible: el error absoluto, como el no-ser, no son posibles. Incluso el Primer Mentiroso tuvo que decir algo cierto para poder llegar a ser el Mentiroso. El no-ser y el error (la no-verdad) son "recortes", agujeros, vacíos: requieren de algo que sea, para poder recortar y agujerear su no-ser y su no-verdad.
La herejía, como las roturas de un vestido, es algo feo. Si los cristianos nos diéramos cuenta verdaderamente de lo feo que es la herejía, no andaría esa palabra de boca en boca. No la usaríamos para descalificar o para sobrecalificar lo que nos disgusta o nos gusta. La herejía no tiene absolutamente nada que ver con el gusto, tiene más bien que ver con la pobreza del lenguaje y con la imposibilidad de decir. La herejía dice "acá hay una sola cosa y nada más que una", cuando en realidad hay dos, tres o mil.
Y esto tal vez nos puede servir como criterio práctico para distinguir aquellas formulaciones que "nos parecen raras" -y por eso nos gustan o nos disgustan- de aquellas formulaciones que son heréticas.
La herejía impide pensar, cierra la realidad, le pone un cerco y un candado al lenguaje de la Fe, dice "no esto y esto sino sólo esto". Incluso cuando habla mucho, incluso aunque parece decir mucho y escribir muchos libros, la herejía repite, como las ranas del Apocalipsis, su croar monocorde.
En cambio la Fe convoca a pensar, y quien piensa, trata de hablar y explorar caminos: abrir y no cerrar, dar vuelta la llave, no echar el candado. Estos caminos del pensamiento que abren el discurso de la Fe muchas veces nos suenan "raros", precisamente porque pueden ser "provocativos", provocan y convocan a profundizar.
Provocar y convocar es lo contrario de recortar: es abrir un espacio en el que es posible encontrar -a lo mejor, no siempre- una riqueza insospechada en la "vieja" fórmula dogmática o magisterial. Fórmula que viene a quedar remozada, a decir distinto para poder seguir diciendo lo mismo, porque Lo Mismo que dice la fórmula dogmática es lo que tenemos para decir.
¿Y no se podría convocar y pensar sin provocar, sin que "suene mal y raro"? ¡Claro que sí! Provocar no es un fin en sí mismo. Sólo es un medio más de los posibles al pensamiento. Pero un medio que entre tanto miedo como tenemos en nuestra época a salirnos de algún libreto (el libreto de los "tradicionales", el libreto de los "librepensantes", el libreto de las "izquierdas" y las "derechas"), suele ser un medio especialmente útil.
Que de problemas de conciencia deben haber tenido ciertos hombres de la iglesia en plena época de las grandes definicones. El que hayan parecido ciertas herejias vinieron bien para definir los dogmas. O más bien,los dogmas son productos de las herejías.Y no estaba mal y no lo estás seguir preguntandose. Tendemos a pensar que en materia de fe está todo resuelto. Tal vez esté resuelto lo más importante, pero eso no quiere decir que no se siga investigando, estudiando, leyendo y que el Espíritu Santo no siga instruyéndonos. Gracias a hombres con espíritu de saber más o inquietos en materias de fe, avanzamos en tántisimas cuestiones. ¿Cómo puede decir este hombre que María no es madre de Dios? Y claro este hombre en cuestión se preguntaría lo contrario ¿Se puede decir que María es la madre de Dios? Esto es por dar un ejemplo. Y ese amor por la verdad, hizo que tantísimos hombres, lumbreras, se pucieran a pensar, se animaran a meterse en estos temas, dificilícimos por cierto, practicamente intendibles. Una naturaleza, dos naturalezas, La hipostasis,etc, etc. ¿Se entienden estas cuestiones? Y...facil no es. ¿Pôr qué ahora nadie se anima a afirmar otras cuestiones? ¿Tenemos todo resuelto? ¿No será que tenemos miedo de pensar ? Vaya uno a saber.
La palabra herejía da miedo.En el fondo nadie quiere ser tachado de hereje, pero cuanto más se le vaya quietando su significado, se la vulgarice,cuanto más se la toquetee, menos valor y peso tendrá y cuando haya que usarla en su contexto específico.....la mayoría se matará de risa.
Estimado Abel:
Yo trato de no usar la palabra hereje ya que como tu bien lo dices ha perdido el valor y significado que tiene. Entre los Catolicos existen personas que se autodenominan herejes porque les da un aire de perseguidos por la autoridad de la iglesia o tratan de justificar sus idioteses haciendolas pasar como algo relevante.
Un abrazo fraternal,
Tony de New York.
hola las palabras dicen muchas cosas pero dentro de mi hay algo que no entiendo y es la confucion que tengo y solo no se que hacer con mi modo de ser fui abusado en mi infancia pero yo no se si esto es por que tenia que pasar pero la verdad he conocido a niñas y ellas se mueren por mi pero yo no puedo soportar que me miren con pacion o algo de lo que es el amor pero solo quisiera saber por que siento eso en mi y necesito que me ayude Dios para encontrar a mi otro lado.