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El Testigo Fiel
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Además de elegir en qué campos buscar, hay una diferencia fundamental entre la búsqueda simple y la avanzada, que puede dar resultados completamente distintos: la búsqueda simple busca la expresión literal que se haya puesto en el cuadro, mientras que la búsqueda avanzada descompone la expresión y busca cada una de las palabras (de más de tres letras) que contenga. Por supuesto, esto retorna muchos más resultados que en la primera forma. Por ejemplo, si se busca en la misma base de datos la expresión "Iglesia católica" con el buscador simple, encontrará muchos menos resultados que si se lo busca en el avanzado, porque este último dirá todos los registros donde está la palabra Iglesia, más todos los registros donde está la palabra católica, juntos o separados.

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Tutorial para crear un triduo o una novena a un santo

por Lic. Abel Della Costa
Nació en Buenos Aires en 1963. Realizó la licenciatura en teología en Buenos Aires, y completó la especialización en Biblia en Valencia.
Desde 1988 hasta 2003 fue profesor de Antropología Teológica y Antropología Filosófica en en la Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales.
En esos mismos años dictó cursos de Biblia en seminarios de teología para laicos, especialmente en el de Nuestra Señora de Guadalupe, de Buenos Aires.
En 2003 fundó el portal El Testigo Fiel.
8 de agosto de 2014
A veces queremos rezarle a un santo, pero no conocemos ningún formulario ya hecho... ¡podemos hacerlo nosotros mismos!

Es muy frecuente que la gente que es devota de un determinado santo desee, ya sea para pedir una gracia especial, o para honrar al santo en alguna fiesta suya, realizar un triduo o una novena (o, por supuesto, variantes de estas, que solo son las devociones más habituales). Hay novenas preescritas al Espíritu Santo, al Sagrado Corazón, a la Virgen, etc, pero a veces no hay al santo que uno desea honrar, o si la hay, no está en el propio idioma, o no sabemos de dónde sacarla.

Casi todas las semanas me aparece en los comentarios de ETF un pedido de que coloque la oración de tal santo, el triduo de tal otro o la novena de tal otro. Sin embargo, las devociones privadas son eso: privadas, y no es necesario que sean textos «oficiales», en muchos casos ni siquiera hay textos oficiales. Las devociones sólo requieren aprobación eclesiástica si se van a proponer para el culto público, si no, uno puede organizarse su propio triduo o novena, con lo cual se honra al santo por partida doble: preparando el ajuar y celebrando la fiesta.

Hay, sin embargo, algunas indicaciones que es bueno seguir, para que la oración sea adecuada a la índole de nuestra fe cristiana, que no es una fe basada en magia ni en ídolos locales. Daré aquí lo más claramente posible esas indicaciones, y ejemplos de organización de un triduo y una novena.

Todos los textos que usaré para oración, o provienen de la Biblia, o de los libros litúrgicos aprobados, por lo que podemos estar seguros de que las oraciones no dirán barbaridades...

-La oración al santo es el alma de la devoción que hagamos, sea un día, triduo o novena; la oración conviene conseguirla o redactarla con cuidado, porque se usará todos los días.

-El destinatario de toda oración cristiana es siempre Dios. La Virgen o los santos son intercesores. Por eso es muy incorrecto (de hecho es un error grave y frecuentemente cometido) cuando una oración a un santo (¡o a la Virgen!) termina diciendo "te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor": ¡nunca se le pide a un santo por Cristo, sino en tal caso a Cristo por un santo! Siempre se le pide a Dios por intercesión del santo, y entonces sí, si la oración se dirige a Dios Padre, se le pide por Cristo.

-No existen oraciones prehechas y "oficiales" para todos los santos.

-La mejor manera de no equivocarnos en la redacción es tomar la oración litúrgica del común del santo, y ponerle el nombre de nuestro santo. Suena difícil, porque a lo mejor nunca oímos hablar del "común de un santo", pero es muy sencillo de hacer. Lo explico:

En la liturgia, no hay una oración redactada para cada santo, sino que hay un conjunto de formularios llamados "comunes", es decir, que sirven para varios santos. Dentro de los "comunes" hay oraciones, antífonas, lecturas, etc. Sólo hay que escoger la oración del "común" apropiado.

-Los comunes se clasifican por tipo de santo: 

la Virgen María (tiene un común para ella sola, para cualquiera de su muchísimas advocaciones)

apóstoles

mártires 

pastores (papas, obispos, presbíteros, diáconos)

doctores

vírgenes

santos varones y mujeres (abarca religiosos y laicos)

 

En este documento se encuentran las oraciones de los comunes, y en este las lecturas bíblicas tomadas de los comunes (conviene abrirlos en pestañas aparte, porque los utilizaremos durante el trabajo)

-Lo primero que debemos hacer es verificar si el santo tiene una oración litúrgica propia, o encontrar a cuál de estas categorías pertenece el santo que queremos honrar, y esos datos los sacamos del santoral

Un ejemplo: queremos hacer una novena a san Luis, rey de Francia:

Vamos al santoral, buscamos el santo, y encontramos que lo llama "San Luis IX, rey". Como "rey" no es ninguna categoría de la lista, tenemos que buscar a cuál corresponde en realidad, ¿es pastor?, no, ¿es mártir?, no; un rey es un laico, así que es un santo varón. Si tenemos que buscar una oración para adaptar buscaremos las de santos varones. Como hay varias, veremos si se destacó por su obra educativa, por su acción caritativa, etc.

Pero en el caso de san Luis lo tenemos fácil, porque tiene una oración litúrgica propia, que en el caso del santoral de ETF, figura allí mismo.

Otro ejemplo: queremos hacer un triduo a san Gregorio de Utrecht. En el santoral buscamos este santo y vemos que es abad y no tiene una oración propia. Vamos a la colección de oraciones comunes y vemos que entre los santos varones figura la oración por un abad. Tomamos esa.

Otro ejemplo: queremos hacer un triduo a santa Eustoquia Calafato. Vamos al santoral y vemos que es abadesa, y que tampoco tiene una oración propia. Vamos a la colección de oraciones comunes, y usamos la de abad, cambiando el género.

 Una vez que tenemos la oración, tenemos el corazón de nuestra jornada, triduo, novena o lo que vayamos a rezar. Ahora hay que dotarlo de un cuerpo. Y para eso vamos a usar un esqueleto:

 

Cada día:

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo

Como era en el principio, ahora y siempre

y por los siglos de los siglos. Amén.

 

(Enunciamos la jornada y su objeto)

Comenzamos (comienzo) el primer día (segundo, tercero, etc) de este triduo (novena, etc) en honor de san N.

[si lo hacemos para pedir una gracia especial, la enunciamos aquí: para pedir por su intercesión la gracia de...]

Leemos el elogio del santo, tomándolo del santoral. El elogio es el pequeño texto que está bajo el nombre del santo en nuestro santoral de ETF (ese texto es oficial de la Iglesia, proviene del Martirologio Romano)

 

Hacemos una pequeña lectura, que puede consistir en:

-Una lectura breve de la Biblia (en la colección de lecturas del común de santos se sugieren algunas lecturas para distintos tipos de santos)

-Un episodio de la vida del santo

 

En una oración de varios días, puede leerse en el primero la vida del santo tomándola del santoral (la vida larga, no el elogio, que ya lo hemos leído al inicio), y luego cada día una lectura bíblica breve, la misma o distinta cada vez.

 

Luego de la lectura hacemos un breve silencio.

 

Rezamos el Padre nuestro

Rezamos el Gloria al Padre

Rezamos la oración del santo 

Y concluimos, mientras hacemos la señal de la cruz,  con:

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

Sobre la vida de los santos

Quisiera hacer algunas aclaraciones específicas sobre el uso de la vida de los santos en la oración:

-Los santos no son superhéroes, sino hombres y  mujeres que reflejan en su propia existencia, con los criterios de su época (a veces muy distintos que los de la nuestra) la luz de Cristo. Eso es lo que deberíamos tratar de visualizar al leer la vida de un santo.

-Deben evitarse, entonces, usar para la oración "vidas de santo" que más parecen un catálogo de milagros (en ocasiones absurdos) que la vida de una persona humana.

-Tampoco es apropiado para el uso en la oración una "vida de santo" que consistiera en el repaso de las fuentes que hay o no hay sobre su vida.

-El santoral de ETF suele brindar textos apropiados, pero a veces se desconoce mucho o casi todo sobre la vida del santo, y el texto consiste en aclarar qué se sabe y qué no. Un texto así no tendría sentido hacerlo oración.

-Conviene entonces que antes de organizar nuestro triduo o novena leamos lo que tenemos de material, y hagamos una pequeña síntesis de la vida. Si no es posible, mejor no usar la vida del santo, y usar en su lugar también para el primer día un texto bíblico.

-No conviene usar un texto de la vida demasiado largo, los triduos y novenas, si son largos, terminan distrayendo y fatigando, más que ayudándonos a orar.

 

 

Ejemplo: un triduo a san Fernando

Buscamos a san Fernando en el santoral: www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_1827

De allí tomamos:

-La categoría: rey, por tanto, varón laico.

-El elogio: «San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla.»

-La oración (tiene propia): «Oh Dios, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén»

-La vida (en la página, seleccionamos algunos párrafos).

-La lectura bíblica: tomaremos dos, una para el segundo día y otra para el tercero: de la Carta de san Pablo a los Filipenses (3,7-8) y de la Carta de san Pablo a los Romanos (8,28-30)

 

Creamos ahora los tres días:

Cada día podemos preparar un pequeño altar en algún lugar decoroso de la casa, disponemos allí una estampa del santo, si tenemos, y si no sólo una cruz (conviene que, haya estampa o no, siempre haya una cruz). Le encendemos una vela.

Todo lo que no está en rojo, se lee o recita en voz alta 

Día 1

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre...

 

Comienzo el primer día de este triduo en honor de san Fernando, rey[, para pedir la gracia de...]

 

Del Martirologio Romano:

«San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla.»

 

Lectura de la vida de san Fernando:

(leemos en el santoral la vida)

 

(un breve silencio)

 

Padre nuestro....

Gloria al Padre....

 

Oración:

«Oh Dios, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén»

 

(Hacemos la señal de la cruz)

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

Día 2

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre...

 

Comienzo el segundo día de este triduo en honor de san Fernando, rey[, para pedir la gracia de...]

 

Del Martirologio Romano:

«San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla.»

 

Lectura de la Carta de san Pablo a los Filipenses:

«Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.»

 

-Tu palabra, Señor, me da vida.

-Confío en ti, Señor.

 

(un breve silencio)

 

Padre nuestro....

Gloria al Padre....

 

Oración:

«Oh Dios, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén»

 

(Hacemos la señal de la cruz)

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

 

Día 3

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre...

 

Comienzo el tercer día de este triduo en honor de san Fernando, rey[, para pedir la gracia de...]

 

Del Martirologio Romano:

«San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla.»

 

Lectura de la Carta de san Pablo a los Romanos:

«Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.»

 

-Tu palabra, Señor, me da vida.

-Confío en ti, Señor.

 

(un breve silencio)

 

Padre nuestro....

Gloria al Padre....

 

Oración:

«Oh Dios, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén»

 

(Hacemos la señal de la cruz)

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

 

Otro ejemplo:

Novena a santa Adelaida

 

Recopilación de datos:

Buscamos a santa Adelaida en el santoral: hay 2 santa Adelaida, elegiremos la abadesa: www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_465

De allí tomamos:

-La categoría: abadesa, por tanto, de santas mujeres.

-Atención: En "formas del nombre" vemos que el nombre puede enunciarse de distintas maneras, si la conocemos como Adelaida, la llamamos así en todos los textos.

-El elogio del Martirologio Romano: «En Colonia, de Lotaringia, santa Adelaida, primera abadesa del monasterio de Vilich, en el que introdujo la Regla de san Benito, y después del monasterio de Santa María de Colonia, donde falleció.»

-La oración (no tiene propia, tomamos la de santo abad y la adaptamos): «Señor, tú que has querido dejarnos en santa Adelaida abadesa, un claro testimonio de perfección evangélica, concédenos, por su intercesión, abrazar de corazón las realidades del cielo en medio de las vicisitudes de este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.»

-La vida (en la página)

-La lectura bíblica: tomaremos una sola, que repetiremos cada día: De la Carta de san Pablo a los Romanos (12,1-2):

«Os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.»

 

Día 1

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre...

 

Comienzo el primer día de esta novena en honor de santa Adelaida, abadesa[, para pedir la gracia de...]

 

Del Martirologio Romano:

«En Colonia, de Lotaringia, santa Adelaida, primera abadesa del monasterio de Vilich, en el que introdujo la Regla de san Benito, y después del monasterio de Santa María de Colonia, donde falleció.»

 

Lectura de la vida de santa Adelaida:

(leemos en el santoral la vida)

 

(un breve silencio)

 

Padre nuestro....

Gloria al Padre....

 

Oración:

«Señor, tú que has querido dejarnos en santa Adelaida abadesa, un claro testimonio de perfección evangélica, concédenos, por su intercesión, abrazar de corazón las realidades del cielo en medio de las vicisitudes de este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.»

 

(Hacemos la señal de la cruz)

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

 

Días 2 al 9

(Hacemos la señal de la cruz)

-Dios mío, ven en mi auxilio

-Señor, date prisa en socorrerme

Gloria al Padre...

 

Comienzo el segundo [tercero, cuarto, etc] día de esta novena en honor de santa Adelaida, abadesa[, para pedir la gracia de...]

 

Del Martirologio Romano:

«En Colonia, de Lotaringia, santa Adelaida, primera abadesa del monasterio de Vilich, en el que introdujo la Regla de san Benito, y después del monasterio de Santa María de Colonia, donde falleció.»

 

Lectura de la Carta de san Pablo a los Romanos:

«Os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.»

-Tu palabra, Señor, me da vida.

-Confío en ti, Señor.

 

(un breve silencio)

 

Padre nuestro....

Gloria al Padre....

 

Oración:

«Señor, tú que has querido dejarnos en santa Adelaida abadesa, un claro testimonio de perfección evangélica, concédenos, por su intercesión, abrazar de corazón las realidades del cielo en medio de las vicisitudes de este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.»

 

(Hacemos la señal de la cruz)

-Bendigamos al Señor.

-Demos gracias a Dios.

 

 

¡Eso es todo! No necesitamos complicados ritos para realizar una novena, un triduo o una jornada de oración a un santo, basta la palabra de Dios, y dedicarle un rato a organizar la oración, con mucho cariño, y la ayuda que estos textos pudieran brindarte.

Comentarios
por Maite (88.21.112.---) - sábado , 9-ago-2014, 8:13:25

Gracias, por dejar claro que Cristo media ante el Padre, no ante ningun Santo, el Señor no ruega al siervo, si no al revés, es que incluso a veces e visto, y, oído a sacerdotes, y, diáconos en algún tridúo, o novena, a algún santo, terminar diciendo, p. e. San Antonio, te lo pedimos por N. S. Jesucristo, que contigo vive....

otro error, que cometen también algunos, al rezar el ángelus, la oración final es dirigida al Padre, por lo que lo correcto es. "Te rogamos Señor,que nos concedas, a quienes hemos conocido la Encarnación, de tu Hijo, N.S. Jesucristo, por su pasión, y,su Cruz,lleguemos a la gloria de la Resurrección, te lo pedimos por Él mismo, por intercesión de su Madre, la Virgen Maria, amen"

Pues bien, muchos dicen, "te lo pedimos por la intercesión de tu Madre"

y, como se estan dirigiendo al Padre, eso es erronéo, ya que Maria, es Madre de Jesús, Madre de Dios en la 2ª Persona, no es Madre, si no hija adoptiva del Padre, tampoco es Madre del Espíritu Santo, decir eso, es una falsedad católica, y, una burrada, es poner a María como diosa madre



por José (i) (212.227.58.---) - domingo , 10-ago-2014, 7:04:06

«El destinatario de toda oración cristiana es siempre Dios». A parte de lo obvio, ¿cómo tiene que ser reflejado esto en la oración? Porque, por ejemplo, cuando rezamos el Ave María, veo que la destinataria de nuestras palabras es María: «bendita tú eres», «Madre de Dios, ruega por nosotros». No veo que el destinatario sea aquí Dios, al menos en el sentido más literal del texto.

por Abel (81.203.151.---) - domingo , 10-ago-2014, 7:23:50

En el Ave Maria, tenemos en la primera parte la reproducción de la salutación angélica, y en la segunda un buen modelo de cómo debe ser la oración "a" un santo: es siempre una oración en la que pedimos que interceda, no que obre: "ruega por nosotros". El santo no tiene poder por sí mismo, tampoco la Virgen. La Mariología se refiere al poder paradójico de la Virgen como la "omnipotencia suplicante".
Muy distinto es el bellísimo Ave María, oración cristiana por excelencia, que dudosos cánticos marianos, pretendidamente ortodoxos, pero que proclaman "Virgen María, sálvanos", que por supuesto puede entenderse rectamente, pero induce con facilidad a confusión.

por Maria Fernanda R (i) (181.135.246.---) - martes , 23-sep-2014, 6:11:49

Creo que se necesita mayor claridad al afirmar que María no es la Madre de Dios sino de Jesús, por que acaso ¿Jesús no es Dios?.
Estas afirmaciones requieren un poco más de profundidad para no dar paso a las afirmaciones de otras iglesias que dicen que Jesucristo no es Dios.

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