Señor: estamos celebrando el año dedicado a san José, como Custodio de la Sagrada Familia y Patrón de la Iglesia Universal. Fue un privilegiado en cuanto a la misión que la Trinidad le encomendó, pero no por eso se vio liberado de las pruebas y peligros a que fue sometido. Si alcanzó la santidad no fue por su papel de "Padre del Salvador" sino por confiar en la Providencia y someterse a la voluntad del Padre. La Trinidad, comenta el Papa, "eligió a José como custodio de la Sagrada Familia porque vio en él la ternura de Dios".
Señor: es tu mandato que aspire a la santidad: "Ser santos como mi Padre celestial lo es" y para conseguirlo no me pides grandes obras sino que lo sea en el día a día. Que cumpla la voluntad del Señor dentro de mi vocación, en el ambiente que me rodea y que sea la Sagrada Familia el modelo a seguir. María y José a pesar de lo trascendental de su misión en la tarea de la Redención, la cumplieron en el más absoluto anonimato. San José vivió en continua oración del silencio, obedeciendo y sufriendo calladamente, silenciando su voluntad y acatando los planes de la Trinidad. El Papa Francisco resaltó la obediencia de José diciendo que: "aunque el Evangelio no nos deja ni una sola palabra, él habló y actuó obedeciendo" La Sagrada Escritura dice de san José que era un "hombre justo" y como comenta Benedicto XVI: "era justo porque se ajustaba en todo momento a la voluntad de Dios".
Señor: junto a José, elegiste a María para que crearan la familia donde Tú debías formarte como miembro de aquella sociedad. Aunque preservaste a tu madre de pecado y la llenaste de gracias, esperaste a que diera su conformidad, y a pesar de no "entender lo que le pedía el Ángel" pronunció su: "Hágase según tu palabra". Con José compartieron juntos fracasos y alegrías, calvarios y destierros, pensando que ante los aconteceres de sus vidas, ellos eran un instrumento de Dios, confiando siempre en la Providencia
Comenta el Papa Francisco que "María y José representan una respuesta coral a la voluntad del Padre: ellos se ayudan recíprocamente a realizar el proyecto de Dios, rezando, trabajando y comunicándose". Su modelo de vida me muestra el camino que debo seguir para alcanzar la santidad. Pensar que aunque para los ojos del mundo yo sea un número dentro de una estadística, para mi Dios soy un ser tan querido, que no dudó en dar su vida para rescatarme.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
Señor: tus decisiones son misteriosas, lo fueron para la Sagrada Familia y lo son para mí. Las acato no solo porque cumplo tu voluntad, sino porque Tú buscas lo mejor para mí. Como hiciste con José, eliges el silencio y lo rutinario de cada día para comunicarte conmigo. Me hablas a través de tu Palabra, de los sacramentos y del ejemplo de vida de esos "santos de al lado" que pones en mi camino. Señor, que responda a tu llamada con la fe de la Sagrada Familia y como ellos cumpla tu voluntad aunque no la entienda.
Sea por siempre bendito y alabado.