La pregunta es doble, pero mantengo las dos partes unidas (en vez de desglosarlas para mayor claridad), porque en realidad la cuestión del idioma ha sido uno de los elementos que ayudó a que la Biblia tomara la forma que tiene -no el único elemento, pero sí uno muy importante-.
La Biblia nace en el momento en que la comunidad de Israel reconoce que un conjunto de escritos no son sólo historias de los orígenes del pueblo, o sólo recuerdo de las palabras proféticas, o sólo colecciones de poemas para rezar, sino que forman una unidad y que ese conjunto tiene su origen en el propio Dios (sea como sea que se imaginaran que había aparecido); ese momento podemos decir que está situado hacia el siglo V antes de nuestra era, con la vuelta del Destierro. Los libros tienen una historia previa, y algunos de ellos existieron desde siglos antes, pero recién en ese momento adquieren todos juntos una entidad nueva, distinta.
En ese momento el idioma en que están redactados es el hebreo, exclusivamente, y la cantidad de libros no la sabemos, pero debía comprender aproximadamente:
-Los cinco libros de lo que ahora es el Pentateuco, además de varios de los que nosotros llamamos históricos (Josue, Jueces, los dos de Samuel, los dos de los Reyes)
-Los profetas mayores, al menos Isaías, Jeremías y Ezequiel, y algunos de los doce profetas menores.
-La colección de salmos, algunas colecciones de proverbios.
Sin embargo, en el curso de dos siglos, esa primitiva "Biblia" va a quedar desfasada de la realidad que vive Israel. Aparece en escena un nuevo idioma mundial: el griego; y paralelo a eso la comunidad creyente tiene una experiencia de vida decisiva: todas las ilusiones que se habían hecho sobre lo felices que iban a ser una vez vueltos del destierro y restaurado el templo se frustraron: los malos seguían siendo malos, los buenos seguían vejados y oprimidos, Dios parecía otra vez no responder demasiado rápido, y con el mundo griego en torno, cada día era más difícil mantenerse en las tradiciones más mínimas.
A esto se suma la dispersión: algunos judíos que no habían vuelto del destierro, sobre todo la comunidad que había quedado en el norte de Egipto, pero también los que habían quedado en Babilonia, vuelven a tomar contacto con la comunidad palestinense, favorecida por el nuevo idioma internacional, y a la vez, con ese mismo medio, muchos judíos de Palestina prefieren salir al mundo.
Aunque la comunidad de Palestina quiere ser el centro del judaísmo, de hecho no lo es: los otros judíos ni hablan hebreo ni les interesa aprenderlo, y las costumbres que en Palestina se ven como tan sagradas e inmutables, ni siquiera llegaron a formarse entre los dispersos.
Comienza un proceso de reflexión doble:
-por un lado la pregunta metafísica que nos hacemos todos: ¿por qué Dios parece callar?
-por el otro una pregunta que afecta inmediatamente a esa relación con el pasado de Israel: ¿qué significa ser judío, qué es lo esencial?
Respondiendo a esto surgen nuevos libros, corrientes que releen lo ya escrito, que encuentran matices, nuevas preguntas. Libros como Job, algunos de los profetas menores, Daniel, la mentalidad apocalíptica, el completamiento del libro de Isaías (el llamado "Tercer Isaías"), la reorganización de los libros históricos, las "historias edificantes" (Ester, Rut, Jonás), los Macabeos. Prácticamente para el siglo III está completo el Antiguo Testamento, salvando quizás algún profeta y el libro de la Sabiduría (que será el último, casi a las puertas del NT). Y por supuesto lo más importante para entender luego a Jesús y su entorno: en estos siglos toma forma el mesianismo, la idea de que Dios va a restaurar la comunidad por medio de un ungido a semejanza de David.
Pero aun un dato más relevante: se ha desarrollado una doble tradición idiomática: existe la Biblia de Palestina, en hebreo, y la Biblia de la dispersión, en griego; no son idénticas, hay diferencias entre libros, y diferencias dentro de los libros.
Como todavía no hay una autoridad que dirima la cuestión, esas dos conjuntos coexisten. En estos mismos siglos el hebreo es desplazado, en el habla corriente, por el arameo, así que se da la curiosidad que el idioma original de la Biblia ya no es vital para nadie, es una pieza rara y para la que hay que hacer un estudio específico.
Eso podría haber acabado con la Biblia, pero por el contrario, ocurrió que el hebreo pasó a ser vivido como lengua sacra. Y así, posiblemente sin que nadie se lo haya planteado, el uso de la Biblia en griego pasó a ser la forma usual de hablar, leer y discutir sobre ella, y la Biblia hebrea pasó a ser la Biblia del culto, de la tradición, de la inmutablidad. El arameo en cambio no tuvo gran suerte a este respecto: apenas hay unos pocos fragmentos (ningún libro entero) del AT escrito en ese idioma.
Los libros en hebreo no siguieron creciendo, mientras que los libros en griego sí. Para el fin del siglo II tenemos una biblia griega que conocemos como "versión de los LXX" con varios libros más que la biblia palestinense, que tiene unos 39 libros (ellos cuentan 24, pero es sólo por el modo de dividirlos, equivalen a los 39 que acepta el protestantismo para el AT).
El cierre de ese conjunto se produce ya en era cristiana, con la destrucción del templo y el repliegue de la comunidad judía en sus tradiciones ancestrales, es decir, con el establecimiento del judaísmo rabínico, se desecha la versión griega, se adopta la aramea, y se da por cerrada la redacción de lo que ellos llaman Tanaj, y nosotros Antiguo Testamento.
Por eso el cristianismo primitivo usaba algunos libros que no estaban en el AT hebreo, que eran comunes en época del judaísmo de Jesús, pero 70 años más tarde ya no lo eran. De esos libros griegos el catolicismo conservó siete (Tobías, Judith, los dos Macabeos, Baruc, Sabiduría, Eclesiástico, y unos fragmentos de Ester y Daniel), mientras que el protestantismo, siguiendo el criterio de san Jerónimo (que era partidario del AT rabínico), los eliminó. La Biblia griega tal cual llegó a ser en época de los LXX no la conservó ninguna confesión judía ni cristiana; los libros "sobrantes" pasaron a engrosar la lista de "apócrifos".
El Nuevo Testamento tuvo más suerte: salvando algún período de vacilación inicial, en el que Juan, Apocalipsis, Santiago, II Pedro y Hebreos plantearon dudas a algunas comunidades, mientras que había otros libros por "aspirar" al canon, hacia mediados del siglo II el canon está completo tal como lo conocemos: 27 libros, todos escritos originalmente en griego, en todas sus partes. Lo restante, nuevamente, pasó al heterogéneo cajón de los apócrifos, libros que eran leídos, e incluso utilizados como fuentes en algunos aspectos, pero que no eran admitidos como "regla de la fe".
Resumiendo:
-El Tanaj hebreo, o AT protestante, tienen 39 libros (pero en el Tanaj se cuentan esos mismos como 24 porque, por ejemplo, los doce profetas menores se toman como uno), todos de original hebreo.
-El AT católico tiene esos mismos 39, más siete de original en griego.
Hay en los dos conjuntos unos pocos fragmentos en arameo, en el libro de Daniel.
-El Nuevo Testamento, para todas las confesiones cristianas, está formado por 27 libros, todos en griego.
Esto, así largo como quedó, es sólo una somera aproximación, con algunas imprecisiones de las que pido disculpas.
El tema es CANON BIBLICO, y desearia saber del canon de Marciam, ( no soy seguro del nombre), oi que contenia apocryfos. Tambien si es verdad, que Reina-valera tenia todos los libros y que solo despues de la muerte de Reina, Valera excluyo los 6 libros. Tambien he oido que los hnos protestantes en una de las nuevas ediciones, incluyeron esos libros?? Gracias, Andi