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El Testigo Fiel
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2 comentarios
Buscar: «Nuevo Testamento»: 43 encontradas
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El domingo cristiano y su relación con el sábado judío.

pregunta realizada por Margarita
29 de octubre de 2011

La persona que hizo la pregunta me pedía en realidad que tratara la "diferencia esencial que hay en la Biblia" entre el sábado y el domingo. Sin embargo, veo difícil entrar al tema por ese lado, ya que supondría que en el Nuevo Testamento hay alguna clase de desarrollo de la institución cristiana del domingo, y la verdad es que hay apenas unas pocas pinceladas que no llegan a ser todavía una "institución del domingo", aunque apuntan a ello. Veámoslo más en detalle.

Las referencias al domingo en el Nuevo Testamento

Son muy escasas, y se distribuyen en dos clases:

-Como día de reunión/culto específicamente cristiano: 1Cor 16,2; Hech 20,7-11 y Apoc 1,9-10

-Como día de las apariciones del Resucitado: Mc 16,2; Mt 28,1; Lc 24,1.13 y Jn 20,1.19

Como día de reunión/culto específicamente cristiano

La primera serie de testimonios es posiblemente la más interesante para nosotros, ya que no son idénticas entre sí, sino que muestran una progresión, que tiene también que ver con el orden en que se han escrito esos textos: Corintios en la década del 50, antes que Hechos, que es posiblemente de los 70, y mucho antes que Apocalipsis, cuya redacción final hay que ubicar en los 90. Esas tres fechas no son neutras, sino que se relacionan con un problema que la Iglesia inicial atravesó muy dolorosamente, y que no solucionó de un día para el otro, sino que fue ensayando diversas respuestas. Me refiero a la ruptura con el judaísmo.

Cuando aun Pablo vivía (época de Corintios), la ruptura no estaba consumada; incluso él y los más partidarios de su interpretación de la fe seguían yendo a las sinagogas los sábados y predicando en ella. Sin duda observarían (con mayor o menor celo) el descanso sabático, porque si no no se entendería que aun pudieran considerarse miembros de la comunidad judía, que en los sitios ajenos a Jerusalén no giraba en torno al templo, sino en torno al descanso sabático y el estudio y discusión de la Ley. Posiblemente despuntaba a la vez, junto con el culto comunitario, sabático, un culto especfífico de las pequeñas comunidades cristianas, iglesias hogareñas, que se reunían en las casas, como el mismo san Pablo atestigua, para la "fracción del pan", es decir, el memorial de la Pasión. Ahora bien, ese culto hogareño no aparece vinculado al domingo en ningún texto de esa época. La única referencia al "primer día de la semana" en esas tempranas décadas es éste de 1Corintios, que no habla del culto sino de la colecta: "Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros reserve en su casa lo que haya podido ahorrar, de modo que no se hagan las colectas cuando llegue yo. Cuando me halle ahí, enviaré a los que hayáis considerado dignos, acompañados de cartas, para que lleven a Jerusalén vuestra liberalidad."

¿Pero no da a entender esto que la colecta - y por lo tanto la reunión, seguramente cultual, en el que la colecta se inscribía- era en domingo? Yo creo que no, más bien da a entender ese "primer día" (el domingo) como el día en que se recuenta lo que se ha podido cosechar de toda la semana, precisamente en la reunión del sábado. No hay ninguna relación todavía entre este "primer día" y el culto, o el recuerdo de la resurrección.

Sin embargo, cuando llegamos a Hechos estamos en otro clima institucional: por un lado, aunque ya no esté físicamente Pablo (pudo haber muerto en el 62 o en el 67, según la hipótesis que se adopte, pero ciertamente ya no estaba cuando Lucas escribe su magna obra), el escrito lucano es heredero de muchas de las tendencias de la teología paulina, y se dirige ya abiertamente no sólo a judíos de la dispersión convertidos al cristianismo, sino a cristianos provenientes del paganismo, y que no tenían ninguna relación con las tradiciones sabáticas. Por otro lado la relación oficial con el judaísmo de Palestina está alcanzando su máxima tensión: se romperá en el 80 con la expulsión de los creyentes en Cristo y la excomunión mutua. No podemos saber del todo si Hechos es anterior o posterior a este acontecimeinto, pero normalmente lo suponemos unos años anterior. Lo cierto es que esa tensión va en aumento, y así es bastante lógico que en comunidades que no tenían su origen en un nucleo judío se comeenzara a desarrollar una institución, todavía no formalizada, y que no podemos extender a toda la Iglesia, pero que ya despunta en el capítulo 20 de Hechos:

"El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, conversaba con ellos y alargó la charla hasta la media noche. Había abundantes lámparas en la estancia superior donde estábamos reunidos. Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en el borde de la ventana; un profundo sueño le iba dominando a medida que Pablo alargaba su discurso. Vencido por el sueño se cayó del piso tercero abajo. Lo levantaron ya cadáver. Bajó Pablo, se echó sobre él y tomándole en sus brazos dijo: "No os inquietéis, pues su alma está en él." Subió luego; partió el pan y comió; después platicó largo tiempo, hasta el amanecer. Entonces se marchó."

La escena se retrotrae hasta la época de Pablo, e incluso forma parte de las llamadas "secciones nos" -es decir que habla en primera del plural-, con lo cual estamos posiblemente ante una de las "fuentes" que Lucas declara haber utilizado. ¿Significa eso que la institución de la fracción del pan en domingo en vez de en sábado viene ya de san Pablo? Eso no lo podemos saber: no tenemos ningún testimonio de Pablo que lo corrobore (ya hemos visto que su único testimonio al respecto más bien apunta al culto sabático), pero lo que sí podemos asumir es que cuando Lucas lo escribe, la reunión para la fracción del pan al amanecer del domingo no es ninguna novedad, está ya asentada, al menos en algunas comunidades. Lamentablemente no tenemos en este punto más referencias.

Es que cuando llegamos a Apocalipsis no tenemos una referencia, sino una verdadera categoría institucional-teológica, con la que es muy difícil saber qué hacer. En efecto, dice:

"Yo, Juan, vuestro hermano y compañero de la tribulación, del reino y de la paciencia, en Jesús. Yo me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz,[...]".

Con esta cita damos un verdadero salto: ya no se llama "primer día de la semana" sino "kyriaké", en latín "dominicus", el "día del Señor". Evidentemente para Juan Apocaleta y la comunidad cristiana a la que él se dirige, ya se ha consumado el salto de la institución del sábado como día ofrecido al Señor al domingo como "Día del Señor". Nosotros no tenemos manera de verificar más etapas de ese salto que las dos que hemos mencionado.

Como día de las apariciones del Resucitado

La otra serie de textos, las que se refieren a las apariciones del Resucitado, son más indirectas, y por tanto más difíciles de evaluar. En general los comentaristas están de acuerdo en que al indicar expresamente que las apariciones ocurren "el primer día de la semana", se deja traslucir que ese día comenzaba ya a tener un significado propio y cultual para la generación de creyentes a la que se dirigían los evangelios; sin embargo, no hay nada demasiado explícito en los relatos, que nos den a entender una costumbre completamente consolidada.

Es que en realidad al cristianismo no le fue sencillo desplazar el significado del sábado judío. Porque esta institución veterotestamentaria (que posiblemente asumió toda su importancia en el destierro, o más tarde aun, pwero era muy antigua) había sido leída en relación al descanso divino en la creación, mientras que los primeros cristianos no entendían la resurrección del Señor como un punto de llegada sino más bien de partida, como primer día del nuevo Eón, no como último. La idea de "descanso en Dios" está totalmente ausente de una teología de la resurrección, y posiblemente si alguno de esos cristianos se cronotransportara a nuestra época y nos escuchara hablar de "descansar en paz" al morir, se restregarían los ojos con incredulidad. Más bien la muerte inaugura una etapa nueva, de plena actividad divina, que explota en forma de resurrección en Cristo, y de comunión en los creyentes, así que en principio no hay una relación directa entre lo que la Biblia proclamaba del sábado, y lo que los cristianos veían en ese primer día de la (nueva) creación: bullente de acción (divina).

Sólo muy poco a poco, y más bien por la inserción en un medio nuevo, extrabíblico, el domingo cristiano fue adquiriendo propiedades (y teología) parecidas a las del sábado judío. Recién a inicios del siglo IV aparecen las primeras leyes que apuntan a la observancia obligatoria del culto dominical (Concilio de Elvira, quizás hacia el 302), pero de todos modos aun esa observancia no es reclamada de manera del todo estricta. Mientras que la función del domingo como día de descanso le viene impuesta no por una necesidad teológica interna, sino por una decisión del poder civil; efectivamente, es Constantino quien introduce en el 321 el descanso obligatorio "en el día del sol", que pasa luego a la civilización ya oficialmente cristiana como descanso dominical, sucesor (pero vemos que muy indirectamente) del descanso bíblico sabático.

Bibliografía

Es difícil encontrar textos que traten el punto: o lo ignoran por completo, o dan por supuesto que "naturalmente" el cristianismo está unido al domingo. Como referencias para comenzar a explorarlo sugiero: --> "sábado", en el Vocabulario teológico de León Dufour; con más extensión (dos páginas completas, lo que en este tema es un lujo) lo trata Matías Augé en "Liturgia" (edit. CPL, 1997, pág 213, no encontré versión web), donde aporta conceptos interesantes (mi pequeño escrito le debe mucho); los comentarios bíblicos habituales (el "San Jerónimo", tanto el viejo como el nuevo, servirá para los comentarios a las escasas citas disponibles, pero llama la atención que a ninguno le asombre la referencia al domingo en Apocalipsis. Un aspecto importante, o más bien decisivo, para este tema es comprender el sentido del sábado bíblico, y para ello no hay mejor fuente que "Instituciones del Antiguo Testamento" de De Vaux, ed. castellana Herder, pág 599ss. En cualquiera de los textos bíblicos mencionados, siempre resulta pertinente consultar las notas del P. Alonso Schöklel en su Biblia del Peregrino.

Queda sin tratar un punto mucho más amplio, pero que se sale enteramente de la pregunta incial, que tiene que ver con la relación entre el "Día del Señor" (kyriaké hemera) cúltico del cristianismo con el "Día del Señor" (Iom Adonai) de los profetas del Antiguo Testamento. Para ese tema conviene buscar al expresión "Día del Señor" (que siempre se referirá al lenguaje profético) en un vocabulario bíblico.

Comentarios
por Margarita (i) (2.139.10.---) - domingo , 30-oct-2011, 12:18:20

Me ha parecido un comentario serio y bien documentado. Gracias por la ayuda y que Dios os bendiga siempre, que el Espíritu de la Verdad os acompañe.

por Mana (i) (200.84.96.---) - domingo , 9-sep-2012, 2:03:47

Excelente comentario. Gracias por su valiosa enseñanza. Aunque no sea propiamente el tema, me atrevo a recomendar la lectura de la Carta Apostólica "DIES DOMINI" (1998) sobre la santificación del domingo para profundizar en el sentido de ese día para los católicos. Dios bendiga al "Testigo Fiel".

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