¡Sí que existe! En realidad, más que uno, hay varios santos que pueden ser invocados como inspiración y apoyo para el trabajo de los grupos de liturgia; sin embargo, hay uno en particular que es posiblemente el que más se adecuaría si los patronazgos fueran nombramientos "oficiales". Es verdad que a veces el Vaticano nombra a este o aquel santo como patrono de tal realidad, pero son los menos, porque lo propio de los patronazgos es ser hechos de tradición.
Esta idea la he expresado en otros escritos, pero me gustaría, antes de presentar los distintos "candidatos", insistir un poco en ello:
En 1Reyes 18 se cuenta la historia de Elías frente a los profetas de Baal, en un momento muy tenso y crucial de la historia de Israel, cuando tiene lugar la proclamación explícita del monoteísmo estricto: hay un solo Dios, y ese Dios es el Dios de Israel. En ese relato se cuenta una prueba que hace Elías de la veracidad del Dios de Israel frente a los ídolos: «Dijo Elías al pueblo: 'He quedado yo solo como profeta de Yahveh, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la leña, pero que no pongan fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego. Invocaréis el nombre de vuestro dios; yo invocaré el nombre de Yahveh. Y el dios que responda por el fuego, ése es Dios.'» (vv 22-24)
"El Dios que responda por el fuego..." ¡esa es la idea misma del patronazgo!: el poder de Dios que actúa apoyando la necesidad del hombre y en diálogo con el hombre. ¿Quién es el patrono de...? El santo que responda "por el fuego", ese es el patrono. Es decir, aquel santo con el que entramos en diálogo, al que le rezamos, que nos protege, que nos ayuda, y que nos acerca a Dios. Para lo cual tenemos que poner también nosotros de nuestra parte: recordarlo, rezarle, estudiar su vida, imitarlo. ¿De qué sirve que haya muchísimos santos para la gripe, si cuando tenemos gripe no les rezamos? El patronazgo es algo real, concreto, vivo. El santo patrono nos conduce a Dios, es una cara concreta y humana del poder del Dios "que responde por el fuego".
Decía entonces que hay un santo en especial que puede decirse que es el patrono natural de la liturgia: san José María Tomasi (1649 - 1713); sacerdote teatino cuya santificación fue, precisamente, a través del estudio y la renovación de la liturgia, investigando en el pasado para iluminar de nuevo el presente. Fue beatificado a comienzos del siglo XIX, pero su causa quedó luego "dormida", y recién fue canonizado en 1987, por SS Juan Pablo II.
Sin embargo, no es el único que puede ser invocado en relación al trabajo litúrgico. Daré aquí una lista de los que a mí me parecen adecuados, y una breve explicación de las razones de cada uno. Cito sus nombres sin un orden específico (las fechas son de nacimiento y muerte):
-San Pío V, papa (1504 - 1572), que entre muchas otras obras llevó a plenitud la reforma litúrgica querida por el Concilio de Trento. El P. Thurston define este aspecto con una frase: "Adaptó la vida litúrgica a las necesidades de la época."
-San Pío X, papa (1835 - 1914), ordenó el culto divino, retocó aspectos que habían ido quedando oscurecidos con el paso del tiempo, en especial el esplendor del canto sacro.
-San Ambrosio de Milán, obispo (c. 340 - 397), llevó a su esplendor la liturgia de la diócesis de Milán, señera de todo el modo de celebrar de la época, a él se le atribuye la codificación de la liturgia llamada precisamente "ambrosiana", fue autor de muchos himnos, algunos de los cuales quizás se siguen usando (digo quizás porque es difícil saber cuáles son de su autoría y cuales atribuidos), por ejemplo, se le atribuye la escritura del Te Deum.
-San Ildefonso de Toledo, obispo (c. 607 - 667), influyó profundamente en la configuración, en el estilo propio de la liturgia española (mozárabe), y en el papel fundamental del culto a la Virgen.
-San Eugenio de Toledo, obispo (600 - 657), tío de san Ildefonso, obispo y poeta, compositor de himnos que luego formaron parte de la liturgia.
-San Benito de Aniano, abad (c. 750 - 821), gran reformador de la Orden Benedictina, y entre otros aspectos, en profundizar en la importancia de la liturgia, que es una orientación específica de la Orden.
-San Gregorio I Magno, papa y doctor de la Iglesia (c. 540 - 604), gran reformador de la liturgia romana, en especial en lo que se refiere al canto sacro (y al que luego se le atribuyó el posterior canto llamado precisamente "gregoriano")
-San Romano «Mélodos», diácono (c. 490 - d. 555), llamado "mélodos" (compositor de himnos) precisamente por su arte en la composición de textos litúrgicos, muchos de lso cuales aun se utilizan en la liturgia oriental. El año 2012 tuvimos la gracia de que se editara por primera vez en español su bellísimo himnario.
Me estoy dejando en el tintero muchos otros, y ni que hablar de los santos orientales que organizaron la liturgia que luego quedó como propia de la ortodoxia, o del catolicismo de origen bizantino. Cualquiera de todos ellos, listados o no, puede ser un patrono adecuado para un grupo de liturgia. Mi preferencia está en San Romano Mélodos, pero es sólo una cuestión de inclinación personal.
mil gracias por su valiosa ayuda, Dios le bendiga y proteja siempre. un saludo desde Cancun, mexico
“ El patronazgo es algo real, concreto, vivo. El santo patrono nos conduce a Dios, es una cara concreta y humana del poder del Dios "que responde por el fuego".”. Excelente. Gracias Abel