El procedimiento oficial de canonización tal como lo conocemos ahora tardó muchos siglos en tomar forma:
-hasta el siglo X era un proceso puramente local: en los primeros siglos el pueblo, y luego el obispo del lugar, por medios formales o informales reconocían la santidad de alguien. Medios informales: simplemente el culto se iba extendiendo, hasta que un santo daba, por ej., título a una iglesia, o a un sitio geográfico, etc. Formales: cuando el obispo (o el abad entre los religiosos) ordenaba, por ej., el traslado de un cuerpo a un altar, era una especie de rito de canonización.
-Estas formas no dejaron de existir en el siglo X, pero en esa época apareció un primer intento de Roma de concentrar los procesos de canonización para evitar el caos de santos y cultos locales que había ya por aquel momento. Roma se reservaba la potestad de canonizar... pero ocurrió que durante varios siglos la canonización oficial (la romana) y la local-popular (obispos, abades, etc), coexistieron.
-En 1588, con la creación de la Congregación de Ritos, Roma firmemente prohíbe toda forma de canonización que no siga el debido proceso canónico, y se introduce la distinción entre santo (culto general en la Iglesia) y beato (culto local), que con el tiempo va expresando una diferencia más de fondo: beato-->culto permitido (a veces simplemente tolerado) por la Iglesia, santo-->culto propuesto por la Iglesia a los fieles.
El problema que se crea es qué hacer con los santos anteriores a la Congregación de Ritos. Roma introduce el proceso de "reconocimiento del culto", es decir que cuando no se puede hacer ya un proceso de canonización (porque faltan las debidas fuentes históricas), pero el culto del santo está arraigado, ese culto es reconocido por Roma oficialmente... pero se le da la categoría de "beato", nunca de "santo" (porque no ha tenido proceso de canonización).
El reconocimiento de culto a veces es explícito (un decreto de reconocimiento). o a veces implícito (Roma autoriza la misa propia de tal beato a tal región, o como por ejemplo, en el reconocimeinto de Santa Hildegarda de Binguen, simplemente el Papa Benedicto XVI dio una catequesis presentándola como una gran santa teóloga medieval... pero nunca había sido reconocida ni canonizada, así que se toma esa catequesis como acto de reconocimiento implícito del culto).
A partir del reconocimiento, el beato debe ser llamado "beato", no "santo", pero ocurre que muchas veces se impone la costumbre antigua de llamar santos a todos, por ejemplo, si una iglesia tiene como título el nombre de un santo que ha sido reconocido, no se le cambia el nombre a la Iglesia, sigue siendo la "iglesia de san...". La Iglesia admite que hay "santos de culto local" (en realidad, beatos).
Como el Martirologio Romano es un libro oficial, allí figura el título correcto: beato o beata, como en el caso de la beata Isabel de Francia, de canonización popular, cuyo culto ha sido reconocido por el papa León X en 1521. Eso no implica que en muchísimos sitios figure la invocación popular de "santa" y no la oficial de "beata", sobre todo si se toma la información de santorales no críticos. En algunos casos, aunque es un beato, si el título de santo está muy firmemente arraigado, incluso en el Martirologio Romano figura como santo, aunque con un asterisco al lado del nombre, que indica que es de culto local.
El santoral de ETF toma su listado del Martirologio Romano, de la última edición castellana, del 2007, con los agregados correspondientes a las canonizaciones posteriores a esa fecha, por ese motivo en este santoral figuran tal como aparecen en el Martirologio Romano.
Como complemento a este artículo, es de notar que la Iglesia no reconoce nunca oficialmente el culto de santos anteriores a los siglos VII u VIII, que nunca fueron canonizados, ya que como se trata de los santos más importantes de nuestra tradición, ¡debería pasar a llamarlos beatos! así que es preferible dejarlos flotar en el terreno de la canonización antigua y popular, a la que llamamos "pre-congregación". Nuestra queridísima Stsima Virgen María, de entre los humanos la más santa, nunca ha sido canonizada, al igual que ningún apóstol, personaje bíblico, ni los gloriosos mártires de los primeros siglos.
Muchas gracias por su detallada y exhaustiva respuesta a lo formulado por mí por el correo. Según lo anterior, a Santa Isabel de Francia debería considerarse como devoción local y solo como beata aunque etf no la tiene catalogada o al menos para la fecha 22 de febrero.
Sí que está en el día, ¿cómo que no? es la 5ª de la lista (los santos se ordenan por año de muerte)