El ambón de las lecturas es uno de los elementos sagrados del presbiterio. Desde allí solo deben proclamarse las lecturas de la Biblia, y eventualmente puede hacerse desde allí la homilía. La Ordenación General del Misal Romano lo dice así:
«Desde el ambón se proclaman únicamente las lecturas, el salmo responsorial y el pregón pascual; también puede tenerse la homilía y proponer las intenciones de la Oración universal.» (OGMR, 309)
En realidad para la monición de entrada y las intervenciones del guión es necesario un atril, que puede estar al costado, o incluso fuera del presbiterio (aunque visible). Si no se tiene, y no hay guión sino solo monición de entrada, es preferible que se lea de pie, sin usar atril, y no en el ambón.
De todos modos, como en todo lo que tiene que ver con signos, es siempre preferible adaptrase a las características del sitio y de la ocasión en los que se está. Por ejemplo: en mi parroquia leemos la monición de entrada un poco más atrás que en el ambón, el lector sostiene la carpeta con la monición y el micrófono, sin problemas, y en general, puesto que se ha explicado por qué lo hacemos así, para atender a la dignidad del ambón de las lecturas, la gente lo comprende. Pero en las misas de primera comunión, que viene mucha gente que normalmente no asiste a un templo, leemos la monición desde el ambón, porque le da más "autoridad", y ayuda a que el mensaje llegue mejor.
Es importante no aferrarse a las normas litúrgicas como si fueran los Diez Mandamientos: ayudan, pero no son inamovibles.
Nota: perdón por la tardanza en responder, se me había traspapelado... :-)
Como bien dice, no debemos tomar las normas litúrgicas como si fueran los Diez Mandamientos. Es decir, que cuando se puede, se haga, y cuando no se puede, no se haga y no se tenga escrúpulos en no hacerlo así. Porque en la mayoría de parroquias no existe un atril apartado del ambón para las moniciones, que por otra parte no son frecuentes. Unas veces por razones de espacio, otras por razones económicas, no todos los templos admiten la instalación de un atril independiente para las moniciones, aunque sea algo circunstancial, como tampoco todas las Iglesias tienen siquiera un espacio para una Sede. Usted mismo dice que, en el caso de las misas de primera comunión, en su parroquia varían la forma de actuar con respecto a las moniciones y el ambón, y eso que, por lo que cuenta, tienen espacio para proclamar las moniciones desde un lugar distinto al mismo.
Sinceramente, creo que "la dignidad del ambón" no está en si se utiliza o no para las moniciones. La dignidad está en otras cosas. Por ejemplo, en preparar al pueblo para que sepa proclamar las lecturas, en que la gente que va a leer haya leído previamente las lecturas para aminorar los fallos en la proclamación, los acentos, las pausas, etc. La dignidad está en que se enseñe al pueblo a hablar al micrófono, a vocalizar, a hablar alto... en fin, creo que ya me entiende. La dignidad está también en la forma de vestir, en la forma de hablar, en la forma de presentarse ante el altar cuando uno va a leer la Palabra de Dios, las moniciones o las peticiones. La dignidad está en que4 el pueblo comprenda que, de verdad, el ambón es el lugar desde el que se proclama la Palabra de Dios, y no un mueble o el sitio desde "donde se leen las lecturas". Y eso es tarea del párroco, el obispo y el Ministerio de Liturgia de una parroquia, si es que lo hay.
Un saludo y felicidades por su página.