El "Gloria a Dios en el cielo" ("Gloria in excelsis"), también llamado "doxología mayor" (para distinguirlo del "Gloria al Padre..." o "doxología menor"), es una composición enteramente cristiana, de los primeros siglos, no compuesta específicamente para la misa. Evidentemente desarrolla el cántico de los ángeles del Evangelio de infancia de Lucas (Lc 2,14), y lo hace de una manera trinitaria, con lo cual se identifica nacido de la exaltación de la fe de los concilios de Nicea y Constantinopla (siglo IV).
Por su métrica y desarrollo se lo supone aun anterior al siglo IV, pero las versiones que han llegado a nosotros son tres, y de ese siglo. La más cercana a la que utilizamos es en griego, en el Códex Alexandrinus (códice bíblico) del siglo V.
En un principio era un cántico matutino de la liturgia bizantina, pero ya a mediados del siglo V está atestiguado en una homilía del papa San León Magno el uso de este himno en la misa de Navidad, posiblemente por su eco lucano.
Poco a poco se va introduciendo en la misa romana. El Papa Símaco (inicio del siglo VI) lo extiende a las misas dominicales y de mártires. Sin embargo, permanece como un himno que solo puede ser cantado por el obispo, en misas presididas por él, hasta el siglo XI, en que se extiende a todas las misas, no solo las pontificales.
Por su carácter festivo y de exaltación, compite en uso a lo largo de la historia como himno de acción de gracias, junto al también tradicional Te Deum.
Se utiliza en todas las misas dominicales, excepto en las de tiempos penitenciales (cuaresma, adviento), en solemnidades y fiestas, y "en algunas celebraciones peculiares más solemnes" (Ordenación General del Misal Romano, n. 53). Creo yo que esta última aclaración se refiere a misas que, aunque no tengan el rango litúrgico de solemnidad o fiestas, son vividas como tales por una determinada comunidad.
En cuanto al modo de recitarlo o cantarlo, lo indica así el Ordenamiento General:
"El texto de este himno no puede cambiarse por otro. Lo inicia el sacerdote o, según las circunstancias, el cantor o el coro, y en cambio, es cantado simultáneamente por todos, o por el pueblo alternando con los cantores, o por los mismos cantores. Si no se canta, lo dirán en voz alta todos simultáneamente, o en dos coros que se responden el uno al otro."
Fuentes:
Abad Ibáñez, J.A. y Garrido Bonaño, M.: "Iniciación a la liturgia de la Iglesia", pág. 293ss.
Augé, Matías: "Liturgia - Historia, celebración....", pág. 110.
Riguetti, Mario: "Historia de la Liturgia", pág. 90ss pdf.