Hermosa pregunta, porque confrontamos la genuina cosmovisión cristiana con la pervivencia en nuestra cultura del mito pagano de la edad de oro. Esta pervivencia es preocupante, muchas veces los cristianos miramos incluso nuestra Iglesia con esos ojos: "antes sí que había fe, antes sí que la gente se enorgullecía de ser cristiana, antes sí que la celebración era sagrada..." Antes, como ahora, había creyentes y no creyentes, antes, como ahora, por un cura que celebraba bien había diez que confundían sacramento con magia, y ni hablemos de lo que antes se escudaban en que total todo lo entendían solo tres o cuatro.
No, ni todo tiempo pasado fue mejor (eso es solo un fallo de nuestra memoria, y un mecanismo habitual de defensa psicológica contra la agresión de los recuerdos dolorosos) ni Adán y Eva volaban en el paraíso. Sobre este tema hubo extremada fantasía en el pasado, al imaginar que, quitada la traba del pecado, no podía a Adán faltarle nada para la completa perfección, idealizada, además.
Pero ni el dato bíblico ni la elaboración teológica (seria) posterior equiparan el estado de Adán anterior a la caída con el estado del hombre resucitado a imagen de Cristo, que es aquello que Dios nos ofrece en él, y gracias a su encarnación y Pascua salvadora.
Santo Tomás de Aquino lo dice con su habitual claridad: "El primer hombre fue dichoso en el paraíso, mas no con la felicidad perfecta a la que había de ser elevado, y que consiste en la visión de la esencia divina", (S.Th. I q. 94, a. 1 ad 1)
Precisamente en esa cuestión 94 y las siguientes se plantea muchas cosas respecto de las fantasías en torno a la perfección de Adán antes de la caída, y en todas el criterio es el mismo: la encarnación del Hijo de Dios trae algo nuevo, mejor e inusitado, algo que Adán ni vivió ni conoció.
Sí, por supuesto Adán fue constituido en justicia y santidad (Concilio de Trento, sesión V, I), pero eso no implica que fuera templo del Espíritu Santo ni fuera miembro de Cristo: este proyecto para el hombre se manifiesta como un don nuevo al que Dios llama al hombre como fruto de la gesta de Cristo, es por tanto algo que "ni ojo vio ni oído oyó".
Por eso podemos proclamar en la Noche Santa: "Feliz culpa, que nos mereció tal redentor" (pregón pascual)
La condición del hombre por la redención es mucho mejor que la condición de Adán, por la redención no volvemos atrás, sino que vamos mucho más adelante.
Muchas gracias. Me ha gustado mucho la respuesta, clara y concisa, a parte de que así es como pensaba yo, pero tenía mis dudas.
No lo había leído hasta ahora porque entendía que recibiría un aviso al ser respondida, pero no me he enterado de ello, si es que lo hubo.
Se me debe haber pasado avisar, en general lo hago, pero no es automático.