Abordé ese tema en varios sillones bíblicos este mismo año, en particular en el que explico los textos que corresponden al cap. 23 de san Mateo (video: "Una Iglesia de hermanos").
Es un verdadero problema, primero por la generalización, pero también en parte por el anacronismo.
La corriente farisea, aunque existía en la época de Jesús, no era la dominante. De hecho Jesús comparte con el fariseismo el tipo de inquietud religiosa, la búsqueda de una religiosidad más personal y no pegada a la letra (¡tenemos una imagen en muchos aspectos contraria a lo que era el fariseismo de época de Jesús!).
Es posible que él haya fustigado a las tendencias hipócritas dentro del fariseismo, precisamente porque le importaba y compartía con ellos una sensibilidad religiosa semejante. Pero justamente eso significa que es poco probable que el haya condenado a los fariseos "in toto". De hecho, cuando leemos "ay de vosotros, fariseos hipócritas", entendemos: "ay de vostros que sois hipócritas precisamente porque sois fariseos", cuando lo más probable es que, en lo que haya dicho Jesús haya que entender "ay de vosotros los que sois hipócritas de entre los fariseos", que es algo bastante distinto.
Ahora bien, a esta diferencia en la comprensión de la generalización, se suma el problema del anacronismo: los evangelios fueron puestos por escrito entre 40 y 60 años más tarde de la Pascua de Jesús, luego de un largo período de tradición oral.
En ese tiempo cambiaron muchas cosas en la religiosidad judía, ante todo por el acontecimiento fundamental de la destrucción del templo de Jerusalén por Roma en el año 70. Entre otras cosecuencias, hay que contar con que cambiaron radicalmente los equilibrios entre los grupos religiosos: acabados los saduceos (que tenían su razón de ser en la centralidad del templo), los fariseos resultaron la fuerza espiritual referente del nuevo judaísmo que comenzó a surgir.
A esto se suma que el clima de tolerancia dentro del judaísmo que había en época de Jesús, en el que no había una ortodoxia estricta, fuera del monoteísmo común, y se podía ser judío "de muchas maneras", declinó rápidamente con el predominio casi exclusivo de los fariseos, que ahora marcaban el "modo auténtico" de ser judío.
A este judaísmo no se enfrentó propiamente Jesús, pero sí la generación de los evangelios, por tanto es natural que lo que Jesús señalaba como tendencias internas peligrosas dentro del judaísmo, la generación de los evangelios las entendieran en su sentido pleno, y cargaran sobre el fariseismo todo lo que posiblemente en Jesús fueron invectivas mucho más generales.
En definitiva no fueron los fariseos quienes condenaron a Jesús, pero sí quienes expulsaron a los cristianos de la sinagoga, y es natural que esta generación proyectara en el único judaísmo que tenían delante todo lo que Jesús había dicho posiblemente a círculos creyentes muy diversos.
Los evangelios no se pueden leer como grabaciones de lo que dijo Jesús, sino como testimonios múltiplemente reapropiados por los creyentes: Jesús y su Iglesia formamos una unidad también en esto. Por eso también hay que depurar la propia forma de leer y recibir esas "condenas", en muchos casos hechas en el momento de las más graves y violentas disputas entre la sinagoga y la comunidad de Jesús.
¡Vaya! Me ha encantado su respuesta, y me ha ayudado mucho. ¡Gracias por todo! Y perdone si hago preguntas tan complicadas. Puede estar seguro que no es para ponerle en ningún compromiso, como hacían ciertos fariseos con Jesús, sino porque me producen cierto desasosiego el no terminar de comprender las.
No, son preguntas muy lindas, y que ayudan, supongo yo, a mucha gente que no se anima hacerlas. Lo complicado que tienen es que al responderlas por escrito hay que responder verazmente, al menos con lo que en la actualidad puede decir el estudio bíblico al respecto, pero a la vez sin dejar demasiado atrás al que aun no tiene formación suficiente para entender esas respuestas, porque no solo las leerá quien hizo la pregunta, sino mucha más gente.