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El Testigo Fiel
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Biblia: Los Salmos


Salmo 35 (34): Súplica contra los perseguidores injustos
Buscador simple (o avanzado)
El buscador «simple» permite buscar con rapidez una expresión entre los campos predefinidos de la base de datos. Por ejemplo, en la biblioteca será en título, autor e info, en el santoral en el nombre de santo, en el devocionario, en el título y el texto de la oración, etc. En cada caso, para saber en qué campos busca el buscador simple, basta con desplegar el buscador avanzado, y se mostrarán los campos predefinidos. Pero si quiere hacer una búsqueda simple debe cerrar ese panel que se despliega, porque al abrirlo pasa automáticamente al modo avanzado.

Además de elegir en qué campos buscar, hay una diferencia fundamental entre la búsqueda simple y la avanzada, que puede dar resultados completamente distintos: la búsqueda simple busca la expresión literal que se haya puesto en el cuadro, mientras que la búsqueda avanzada descompone la expresión y busca cada una de las palabras (de más de tres letras) que contenga. Por supuesto, esto retorna muchos más resultados que en la primera forma. Por ejemplo, si se busca en la misma base de datos la expresión "Iglesia católica" con el buscador simple, encontrará muchos menos resultados que si se lo busca en el avanzado, porque este último dirá todos los registros donde está la palabra Iglesia, más todos los registros donde está la palabra católica, juntos o separados.

Una forma de limitar los resultados es agregarle un signo + adelante de la palabra, por ejemplo "Iglesia +católica", eso significa que buscará los registros donde estén las dos palabras, aunque pueden estar en cualquier orden.
La búsqueda admite el uso de comillas normales para buscar palabras y expresiones literales.
La búsqueda no distingue mayúsculas y minúsculas, y no es sensible a los acentos (en el ejemplo: católica y Catolica dará los mismos resultados).
en la liturgia: Salmo 34
se utiliza en:
- viernes de la primera semana: Oficio de lecturas
Este salmo largo, algo reiterativo, pertenece al género súplica de un inocente perseguido. Los motivos del género están perfectamente definidos: súplica motivada por la situación del orante, perseguido sin razón, por la actividad amenazadora de los perseguidores, confianza en la justicia y bondad del Señor, promesa de acción de gracias. El autor ha sabido componer una pieza vigorosa, paradójicamente densa; convence por la intensidad. [L. Alonso Schökel]
1 [De David.] Pelea, Señor, contra los que me atacan,
guerrea contra los que me hacen guerra;
2 empuña el escudo y la adarga,
levántate y ven en mi auxilio;
3 [blande la lanza
y cierra el paso a los que me persiguen;]
di a mi alma:
«yo soy tu victoria.»

[4 Sufran una derrota vergonzosa
los que me persiguen a muerte,
vuelvan la espalda con ignominia
los que traman mi daño;

5 sean paja frente al viento,
cuando el ángel del Señor los desbarate;
6 sea su camino oscuro y resbaladizo,
cuando el ángel del Señor los persiga.

7 Porque sin motivo me escondían redes,
me abrían zanjas mortales:
8 que los sorprenda el desastre imprevisto,
que los enrede la red que escondieron,
y caigan en la zanja que abrieron.]

9 Y yo me alegraré con el Señor,
gozando de su victoria;
10 todo mi ser proclamará:
«Señor, ¿quién como Tú,
que defiendes al débil del poderoso,
al pobre y humilde del explotador?»

11 Se presentaban testigos violentos:
me acusaban de cosas que ni sabía,
12 me pagaban mal por bien,
dejándome desamparado.

13 Yo, en cambio, cuando estaban enfermos,
me vestía de saco,
me mortificaba con ayunos
y desde dentro repetía mi oración.

14 Como por un amigo o por un hermano,
andaba triste;
cabizbajo y sombrío,
como quien llora a su madre.

15 Pero, cuando yo tropecé, se alegraron,
se juntaron contra mí
y me golpearon por sorpresa;
me laceraban sin cesar.

16 Cruelmente se burlaban de mí,
rechinando los dientes de odio.

17 Señor, ¿cuándo vas a mirarlo?
Defiende mi vida de los que rugen,
mi único bien, de los leones,

18 y te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré entre la multitud del pueblo.

19 Que no canten victoria mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa
los que me odian sin razón.

[20 pues no viven en paz
ni con la gente pacífica,
traman engaños.
21 Se ríen de mí a carcajadas:
"Ja, ja, lo estamos viendo."]

22 Señor, tú lo has visto, no te calles,
Señor, no te quedes a distancia;
23 despierta, levántate, Dios mío,
Señor mío, defiende mi causa.

[24 Júzgame según tu justicia,
Señor Dios mío.
25 Que no canten victoria, que no piensen:
¡Qué bien! lo que queríamos;
que no digan: Nos lo hemos tragado.

26 Sufran una derrota afrentosa
los que se alegran de mi desgracia;
queden cubiertos de vergüenza y oprobio
los que se envalentonan contra mí.]

27 Que canten y se alegren
los que desean mi victoria,
que repitan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean la paz a tu siervo.

28 Mi lengua anunciará tu justicia,
todos los días te alabará.
I-3 La primera parte de la súplica usa la imagen guerrera para describir el juicio; de hecho, las grandes intervenciones de Dios contra los enemigos de su pueblo también se llaman «juicios». La respuesta pedida es el oráculo divino en que Dios se presenta y se define; la victoria es la salvación.
4-8 Pidiendo una sentencia justa reclama el castigo de los injustos acusadores; según la justicia israelítica, sancionada por Dios, se debe infligir al falso acusador la pena que intentaba hacer caer sobre el inocente.
Siguen las imágenes bélicas, con la alusión al ángel de las batallas.
9-10 Cuando se cumpla la sentencia de salvación y castigo, el salmista pronunciará la acción de gracias. Su gozo será la victoria del Señor, la salvación realizada por Dios.
10 Texto resumido del himno, con la fórmula clásica «Quién como Dios».
II-16 Descripción apasionada de su situación y de los acusadores desagradecidos: esta descripción debe mover a Dios a intervenir y es un elemento típico del género.
17-18 petición urgente y promesa de acción de gracias. En vez de Yhwh emplea aquí el título "Señor mío": a él toca salvar una vida que es única
19-28 La tercera parte insiste denodadamente en la denuncia del delito y el castigo invocado. La principal novedad es el desarrollo judicial. [L. Alonso Schökel]
Los versículos entre [] no se leen en la liturgia

Para el rezo cristiano

Comentario exegético

Verbos de acción acumulados, imperativos urgentes, contrastes fuertes; la descripción de la actividad del enemigo es circunstanciada. Los sentimientos se asoman por los sentidos: ojos, boca, dientes, lengua, pecho. Tres imágenes se suceden o sobreponen en el salmo: caza, guerra, juicio. Nos invitan a relativizarlas como descripción realista, pero también a considerarlas por separado.

La caza al hombre. Un pobre hombre es acosado y perseguido como fiera peligrosa -piensan los perseguidores-, como animal indefenso e inofensivo -piensa el perseguido-. Es una batida en regla, con ojeo, persecución, acorralamiento, gozo por la pieza cobrada. Se podría ilustrar con la figura de David perseguido por los montes: 1 Sm 26, 20. Los antiguos consideraban la caza mayor entrenamiento para la guerra, actividad propia de reyes y príncipes. El carácter no realista de la imagen es patente.

Guerra. El salmo nos lanza enseguida a una escena militar: el paladín requiere las armas, sale al encuentro del enemigo, lo pone en fuga, pronuncia el grito de victoria. La guerra es a vida o muerte, no es deporte entretenido. Se podría ilustrar con la rebelión, batalla y derrota de Absalón: 2 Sm 18. El lenguaje militar penetra fácilmente en otros campos: una rivalidad encarnizada, una hostilidad agresiva en la vida ciudadadana puede en el poema transformarse en guerra o batalla.

Juicio. La primera palabra del salmo es judicial, se mencionan "testigos" (11), al final actúa el juez (23-24). En sentido realista se referiría a un juicio de apelación (cfr. 1 Sm 24,13; 26,23). Pero un proceso judicial también puede ser imagen válida de súplica en una persecución grave. En la mentalidad bíblica, la guerra puede tener valor de juicio.

En conclusión pienso que las tres imágenes son transformación poética de situaciones y experiencias en la vida ciudadana.

El desarrollo del salmo es de triple onda, componentes comunes y cambio de orden; cada onda termina en la alabanza. Se puede esquematizar así: tú: interpelación; ellos: fracaso - delito - fracaso; yo: alabanza (1-10). Ellos: delito, yo: beneficios; ellos: delito, Tú: acción; yo: alabanza (11-18). Ellos: delito, Tú: acción; ellos: delito, fracaso; yo: alabanza (19-28). Se destaca el bloque central por el contraste de dos conductas.

35,1-10. El movimiento de estos versos es así: Auxilíame, Señor - y que mis enemigos fracasen - porque me persiguen sin razón - que ellos fracasen - y yo te alabaré.

35,11-18 Pero queda mucho por decir. Sucede que el orante, lejos de ser una fiera dañina, es un ser benéfico y aun sentimental. El texto hebreo está mal conservado.

35,19-28 La tercera parte insiste denodadamente en la denuncia del delito y el castigo invocado. La principal novedad es el desarrollo judicial. El movimiento discurre así: que no triunfen - pues son culpables - juzga tú - que no triunfen - sino que fracasen. En medio se yergue el Señor como juez, invocado reiteradamente. [L. Alonso Schökel]

De los Santos Padres

[Sobre el verso: Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días te alabará.] ¿Qué lengua permanece cantando perpetuamente tu alabanza? Ved que ahora se prolongó un poco el sermón y nos fatigamos. ¿Quién, pues, permanece alabando al Señor continuamente? Te sugiero un medio para que, si quieres, alabes perpetuamente a Dios. Todo lo que hagas hazlo bien, y así alabaste a Dios. Cuando cantas un himno alabas a Dios. ¿Y qué hace tu lengua si no alaba al mismo tiempo tu corazón? ¿Cesaste de cantar el himno y te alejas para reponer tus fuerzas? No te embriagues, y alabaste a Dios. ¿Te recoges a dormir? No te levantes para obrar el mal, y alabaste a Dios. ¿Eres comerciante? No cornetas fraude, y alabaste a Dios. ¿Eres agricultor? No litigues, y alabaste a Dios. Prepárate con la inocencia de tus obras para alabar a Dios perpetuamente. [San Agustín: Enarraciones...]

Catequesis de Juan Pablo II

Catequesis de Benedicto XVI

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