La escueta noticia del Martirologio nos hace comprender que de san Hipatio se sabe muy poco, y eso poco se condensa en apenas una línea. Ciertamente se puede aceptar la existencia histórica de un san Hipatio, obispo de Gangra, ciudad de Paflagonia, histórica región de Asia Menor en torno al Mar Negro y provincia romana en el tercer siglo; pero debemos ser cautos en la admisión de todos los detalles y cosas inverosímiles que abundan en las narraciones de «Passio» y «Vita», así como las contadas en los Sinaxarios (santorales) griegos.
Según la «Vita», Hipatio habría sucedido al obispo de Gangra Atanasio en el siglo cuarto, y sus actividades pastorales se habrían puesto de manifiesto en la dura lucha contra los paganos, en la destrucción de templos, fundación de ermitas, construcción de iglesias y el establecimiento de un hospicio abierto a todos. Fue escritor de obras espirituales, incluyendo una interpretación de los «Proverbios de Salomón», que dedicó a la piadosa Gaiana, una de sus cooperadoras en las obras de caridad. En los sinaxarios bizantinos afirman que asistió al Concilio de Nicea (325) y su nombre también se encuentra en la lista de participantes en el Concilio de Gangra (340). También se le atribuye (como a tantos otros santos) un legendario episodio en el que da muerte a un dragón, lo que es luego un rico motivo iconográfioco, como puede verse en la estampa que acompaña a este escrito.
En un año imprecisado, en algún momento del siglo IV, pero después del 340, fue atacado y apedreado por herejes novacianos, escondidos en un barranco cerca de Luciana. Los novacianos eran seguidores de la doctrina del obispo cismático Novaciano, del siglo III, que representaba una corriente de rigurorismo exagerado en cuestiones disciplinares y penitenciales, especialmente en relación con los «relapsi», es decir, los cristianos que durante la persecución habían negado la fe para evitar el martirio, y que pasada la misma querían volver a ser admitidos como cristianos. Distintos corrientes rigoristas que se oponían a la admisión de los «relapsi» se hallaban extendidos por todo el vasto Imperio Romano, y constituían importantes iglesias.
El trágico y súbito final que señala Martirologio Romano, está en contraste con la narración de la «Passio», posiblemente legendaria, que habla de la tortura, el juicio y la decapitación final, Su culto se extendió en la Iglesia bizantina, que lo celebra en fechas diferentes, 14 y 15 de noviembre, 18 y 19 de enero y otros días del año. Su culto llega a Occidente por el sur de Italia, con los monjes «basilianos», es decir que practicaban la Regla de San Basilio el Grande, que se difundieron ampliamente por Italia, aunque ahora sólo se encuentran en la abadía de Grottaferrata (Roma). En el siglo XVI, el cardenal César Baronio (1538-1607), escritor del primera Martirologio Romano, lo inserta oficialmente el 14 de noviembre, fecha en la que se cita mayoritariamente en los sinaxarios de Oriente.
Traducido para ETF, con algunas adaptaciones, de un artículo de Antonio Borrelli.
Abel:
Como podemos entender la cuestión de los dragones? Lo encontramos con San Jorge, a quien era el patrono de los Scouts de Mexico (y ya no se si aun sigue en la lista de santos de la Iglesia?) y con San Hipacio. Eran producto de la imaginación colectiva? Los iconos de San Jorge con el dragon son muchos y de muchas culturas. Que fenómeno es este? Se referían a algún reptil? Gracias
Por supuesto que es un tema muy amplio para ser tratado en un comentario. Puedes encontrar muchas sugerencias en una obra como "El gran código", de Northrop Frye, en especial en la pág 61ss, en las que se pregunta por qué la persistencia en la civilación de los mitos de inundación, y dice cosas muy interesantes, como por ejemplo que "Una inundación real puede ser ocasión de un mito de inundación: no podría ser su causa". Lo mismo pasa con esta cuestión de los dragones: un reptil real podría ser la ocasión, incluso la materia prima sobre la que la imaginación modela sus imágenes, pero los reptiles reales no tienen nada que ver con que el ser humano, en todas las culturas, imagine dragones como adversarios del hombre.
Estaremos más cerca si pensamos el fondo de ese símbolo desde su poder para amedrentar y desafiar al hombre: un mal que lo excede por completo, pero que en último término uno de los nuestros, un san Jorge, un san Hipacio, logran dominar.
El mal siempre es sentido como externo a nosotros y como extremadamente poderoso ("la serpiente me sedujo y yo comí"). Un dragón, un animal inexistente pero amenazador es una imagen muy eficaz de las dos cosas. Solo un animal que no existe puede ser un adecuado adversario de un hombre que se sabe por encima de cualquier animal.
Y sí, san Jorge sigue en el santoral. 23 de abril, aunque a costa, por supuesto, de despojarlo de sus rasgos míticos.
Abel: Me gusto mucho tu respuesta y tuve que pensarla bastante en el día. Los misterios de Fuente Ovejuna, de la razon colectiva aquí presente. Un abrazo