Nació en Valcuende, provincia y diócesis de León, el 6 de abril de 1876. Era hijo de Nicolás, de Valcuende y de Ángela, de Tejerina. Fue bautizado el 8 de abril de 1876. Recibió el sacramento de la confirmación en Guardo (Palencia), de manos del Obispo de Palencia Juan Lozano Torreira, el 21 de septiembre de 1879. Entre los suyos quedó noticia de que, de niño, realizó estudios en la preceptoría y escuela de latinidad de Morgovejo. Murió su madre cuando tenía 12 años y su padre cuando contaba 21. Cursó la carrera de magisterio de instrucción primaria. Ejerció por un tiempo como maestro en el pueblo de Calaveras de Arriba, muy cerca de Valcuende. Se encaminó al colegio dominicano de Cuevas de Vera, en la provincia de Almería donde, desde 1893, abría sus puertas un centro prestigioso, que ocupaba un antiguo convento de franciscanos. De entre los alumnos 46 se beneficiaban de la enseñanza gratuita, aunque no tenían subvención de ningún tipo, sino que el centro se mantenía gracias al trabajo de los religiosos.
Se incorporó a la comunidad en calidad de «donado», o terciario familiar, e impartió clases en el colegio. El 4 de agosto de 1901, en el convento de Nuestra Señora del Carmen, de la mencionada ciudad de Cuevas, fue admitido para tomar el hábito de la Orden en calidad de terciario cooperado. Lo animaron para una mayor integración en la Orden y así, el 2 de noviembre, esta vez de 1903, el consejo conventual de Zafra (Badajoz) lo aprobó por unanimidad para ingresar en el noviciado, en calidad de hermano cooperador. Transcurrido un año de noviciado y ya en Almagro, profesó el 20 de noviembre de 1904. Estuvo en el convento de Cádiz, en el que se le encomendó la atención a la iglesia. En la Relación del Prior provincial fray Jacinto Figueira, de 21 de marzo de 1905, lo situaba en Almagro. Ejerció la actividad docente y de acompañamiento entre los alumnos de la colegiatura apostólica. Regentó, igualmente, la «Tipografía del Rosario», establecida en el convento. En las Actas del capítulo provincial de 1940 se escribe que, aunque tenía una formación suficiente y era apto para los estudios superiores, prefirió integrarse entre el grupo de los hermanos cooperadores. En él llevó un género humilde de vida, de mansedumbre y de obediencia. Cumplió fielmente los oficios que le encomendaron. En 1946 fray Virginio Villar lo presentaba como modelo de hermanos cooperadores y catequista. En 1923 fue asignado, hasta su muerte, al convento de Almería.
Como el resto de la comunidad de Almería tuvo que abandonar el convento el 21 de julio de 1936 y se hospedó en el «Hotel Central». Lo detuvieron a los seis días, el 27 de julio de 1936. Estuvo en prisión en la comisaría de Almería, en la cárcel establecida en el convento de las Adoratrices, y después en el barco «Astoy-Mendi». Fue fusilado, a los 60 años, en la noche del 10 al 11 de septiembre, a las puertas del cementerio de Almería y enterrado en una fosa común. Sus reliquias no han podido identificarse.