arcelona, 10/05/05 (Veritas) Jordi Darquer afirmó hoy a Veritas que "la experiencia nos dice que siempre hay adultos que piden el Bautismo, pero que esta experiencia hasta ahora un poco secreta necesita adquirir una dimensión más pública para ayudar a otras personas que se lo planteen".
"A muchos les puede dar vergüenza decir en un determinado momento: "yo quiero ser católico", porque el itinerario catequético dominante se inicia en la infancia, y cuando un adulto de 30 ó 40 años se plantea volver a la fe, puede pensar que ha llegado tarde".
En este sentido, Darquer apuesta por la "publicidad" del catecumenado en las diócesis, con el objetivo de "despertar en otros el deseo de ser cristiano y bautizarse como adulto".
El delegado de Catecumenado de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat y colaborador del Secretariado Nacional de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, acaba de regresar de Vadstena (Suecia) donde éstas y otras cuestiones afines se han planteado en el Congreso del Equipo Europeo de Catecumenado.
En el encuentro de Vadstena no sólo ha habido representantes católicos de todos los países europeos, sino también de las iglesias anglicana y luterana, que compartían la idea del "sentido de peregrinaje de la vida cristiana, el camino del catecúmeno hasta la iniciación a la fe".
La Iglesia católica y la luterana han compartido sus respectivas experiencias de catecumenado, porque como recuerda Darquer "tenemos problemas similares: la secularización, la incorporación de los neófitos a las comunidades cristianas, el retorno a la fe de personas que han estado mucho tiempo alejadas, etc."
"Tenemos teologías distintas, pero dificultades semejantes", añade. No obstante, Darquer reconoce que el "catecumenado" se comprende de manera diferente en la Iglesia Católica y en las iglesias protestantes: "en la Iglesia Católica cuando se habla de Catecumenado es para referirse a adultos no bautizados, en las iglesias protestantes el concepto es más amplio, y se usa también para los jóvenes que se preparan a la Confirmación".
Además, Darquer aclara que "la Iglesia Católica tiene un Ritual específico para la iniciación cristiana de adultos".
El delegado de Catecumenado de Sant Feliu explica como "la catequesis de inspiración catecumenal antigua en la Iglesia fue desapareciendo con el Bautismo de párvulos, para ser rescatada por el Decreto Ad Gentes del Vaticano II (nº 14)".
La Santa Sede dio posteriormente un nuevo impulso al catecumenado, cuando en 1972 publicó el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos, que antes parecía tener aplicación sólo en tierra de Misión, aunque hoy "también Europa es tierra de misión".
De hecho, los encuentros del Equipo Europeo de Catecumenado surgieron en Francia, "país de misión", en torno a los años 60, cuando las órdenes religiosas en países de misión "importaron" el Bautismo de adultos a ese país.
La situación del Catecumenado es desigual en Europa, y mientras Francia celebra ahora los 50 años de su primera experiencia de catecumenado, o en Italia lleva ya diez años funcionando óptimamente, en España, recién en 2002, la CEE publicó las Orientaciones Pastorales para el Catecumenado.
Sin embargo, Darquer afirma que se va "avanzando lentamente, y cada vez hay más diócesis con algún servicio destinado a este fin, e incluso con delegados de catecumenado ya designados (Cataluña, Baleares, Zaragoza, Valencia, León, Toledo, etc.)".
"A nivel nacional, este año ha tenido lugar la segunda reunión de delegados diocesanos del catecumenado", añade.
Darquer cree que "el Catecumenado puede aportar una renovación a la vida de la Iglesia, desde su dimensión "maternal", pues engendra nuevos hijos a la fe".
"En el ambiente secularizado de Europa, es uno de los instrumentos en orden a la nueva evangelización y a hacer presente la fe en un medio a veces hostil y contrario", concluye.