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Monseñor Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid, afirma en su última carta pastoral, titulada "Preparar la venida", que para poder celebrar la Navidad plenamente hace falta aprovechar el tiempo de preparación que ofrece el Adviento.
"Los cristianos tenemos cuatro semanas aproximadamente para preparar las venidas del Señor, así en plural" (el nacimiento de Cristo en Belén, su venida al corazón de cada hombre y la venida definitiva al final de la historia), recuerda el arzobispo mientras se pregunta "qué estamos haciendo los católicos".
Según monseñor Rodríguez Plaza, se ignora el tiempo de Adviento y "resulta que ya desde finales de noviembre, casi sin empezar ese tiempo litúrgico, "la cultura dominante celebra la Navidad, pero sin saber de qué se trata".
"Se ponen luces, se adornan calles, escaparates y hasta se escucha música navideña. Y aparece todo un programa de tópicos, espectáculos, atracciones, para celebrar algo que en realidad no se celebra", dice.
La preocupación del prelado es "quién piensa que Dios se hizo y se hace ser humano, carne, dice la Sagrada Escritura, y ha hecho con nosotros, los hombres y las mujeres, un admirable intercambio".
"Le damos nuestra carne y Él nos da el ser hijos de Dios, participar de su filiación divina. Con lo cual nosotros todos recibimos una dignidad inigualable y somos invitados a amarnos como lo hizo Cristo".
El arzobispo lamenta que "en lugar de prepararnos a vivir ese amor de Cristo, y a gozarlo, a vencer nuestra resistencia al plan de Dios sobre la humanidad" nos preparemos por el contrario "al espectáculo y las comidas sin sentido".
Monseñor Rodríguez Plaza dice que "si fuéramos cristianos menos mediocres y superficiales" nos animaríamos "a orar, a reflexionar, a confesar nuestros pecados, a quitar los obstáculos que impiden que nuestra vida funcione bien, a pedir perdón o a darlo a los que nos ofendieron, a celebrar con pasión la Eucaristía dominical con los demás hermanos, a emprender acciones a favor de los demás".
En este tiempo de Adviento, el prelado recuerda que "Juan Bautista nos indica que hemos de cambiar nuestros hábitos y costumbres, para encontrar la felicidad que nos trae Jesús".